Nuestro planeta encara una crisis ambiental que afecta tanto al entorno natural como a los seres vivos que lo habitan. Este problema de magnitud mundial se manifiesta por el cambio climático, el agotamiento de los recursos naturales, el vertido de contaminantes y la degradación de los ecosistemas, entre otros muchos síntomas. La biodiversidad y el patrimonio natural del litoral no son ajenos a este escenario. La desaparición por sobreexplotación de especies marinas fue la primera señal de alarma. Un simple vistazo a las acumulaciones de residuos en playas, acantilados y costas indica que la situación hoy, lejos de mejorar, ha ido empeorando.
Por ello, urge tomar medidas para concienciar a la sociedad y revertir la contaminación marina, particularmente la contaminación por residuos plásticos, altamente nociva para los ecosistemas. En este contexto se enmarca la trayectoria desarrollada por Malandain Ballet Biarritz, Fundación Cristina Enea de Donostia/San Sebastián y el Equipo de Educación Ambiental del Ayuntamiento de Pamplona-Iruña.
Cada uno desde su ámbito competencial, vienen trabajando para la sensibilización ambiental ciudadana, con el propósito de lograr una sociedad más consciente y sostenible. Partiendo del ballet Sirènes, del ganador del concurso de jóvenes coreógrafos de 2016, Martin Harriague, estas tres entidades se unen en 2018 en un programa experimental e innovador. Su propósito: sensibilizar a la población escolar en el conocimiento y protección de nuestros mares frente al impacto de los residuos plásticos.
Para ello, se diseñó un recorrido pedagógico que acercara al alumnado a esos dos mundos aparentemente alejados: el de la danza como expresión artística, y la problemática ambiental y social. La Unidad Didáctica que aquí se presenta es el último paso de dicho itinerario pedagógico. Este proyecto en general, y esta Unidad Didáctica en particular, aspiran por tanto a cruzar fronteras: las que separan al arte de la ciencia, las que separan ciudades y países, las que separan idiomas y lenguajes. Un programa que, en último término, junta personas para un mundo mejor. La diversidad de acentos, lenguas, lenguajes, nacionalidades, etc., ha estado implícita a lo largo de todo el itinerario por la participación de sus socios.
El programa aspira así a mostrar que, por encima de todas estas diferencias, existe una capacidad de colaboración y cooperación, imprescindible para afrontar los problemas del mundo actual. Este proyecto de cooperación transfronteriza ha contado con la financiación de la Eurorregión Nueva Aquitania, Euskadi y Navarra. Vaya desde aquí nuestro agradecimiento a dichas entidades, así como a todas las personas que han participado, colaborado… y bailado.