El Ayuntamiento de Zaragoza va a comprar más de 900 compostadoras domésticas para repartirlas por las comunidades de vecinos y fincas. Una iniciativa que coincidirá con la instalación del quinto contenedor en todos los barrios de la ciudad –el marrón– destinado a la recogida de restos orgánicos y que permitirá (o debería) aumentar de manera significativa los niveles de reciclaje en la capital.
El consistorio ha sacado a licitación tres lotes para la adquisición de 2.000 cubos domésticos y marrones de 10 litros en los que poder separar los restos del orgánico en casa, 800 compostadoras orgánicas y 130 dinámicas con un sistema de tambor giratorio. El contrato asciende a 177.567 euros que se sufragará con los fondos europeos.
La capital ha captado alrededor de 6 millones para el impulso de la recogida selectiva de residuos y la economía circular. Dentro de este paquete de ayudas hay 220.000 euros destinados a la adquisición de los cubos y compostadoras de uso doméstico que tendrán que repartirse en los hogares, aunque desde el ayuntamiento no han decidido cómo se llevará a cabo el reparto.
En Zaragoza, entre el 20% y el 30% de todos los residuos que se generan en la ciudad son materia orgánica, por lo que hay margen de reciclaje que podría aumentar con estas iniciativas. Para que este proyecto se desarrolle con éxito se llevarán a cabo campañas de información y se extenderá a todos los barrios el quinto contenedor.
Hace años (desde 2018) que los contenedores marrones pueden verse por las calles de los barrios del Actur y Parque Goya, donde se inició una prueba piloto para ver la respuesta ciudadana. Una de las obligaciones de la nueva contrata, en manos de FCC, era precisamente la implantación del quinto contenedor en toda la ciudad, sin excepciones. Un proceso que ahora se podrá sufragar con los fondos europeos.
6 millones captados
En concreto, 2,4 millones de los 6 que se han captado, el ayuntamiento costeará la compra de un camión recolector específico para basura orgánica, de entre 21 y 24 metros cúbicos de capacidad e impulsado por un motor de GNC (gas natural comprimido) y de 2.100 contenedores marrones, equipados con identificadores y sensores de capacidad.
El proyecto se completará con la construcción de una línea específica para el tratamiento de los residuos orgánicos en el Complejo para Tratamiento de Residuos Urbanos de Zaragoza (CTRUZ). Separada se sumará a las cinco actuales (4 para residuos y 1 para envases), se sufragará casi en su totalidad con los 3,3 millones concedidos por Bruselas.
Para fomentar la recogida selectiva, además de las campañas, el ayuntamiento trata de poner facilidades a los zaragozanos con la compra de cubos en los que separar la basura, y de compostadoras para que puedan generar su propio compost. Por ahora no ha aclarado qué se hará con ese compost. En cuanto a las estáticas (130 unidades), de un metro de alto, su volumen deberá oscilar entre los 300 y los 400 litros totales interiores y su coste medio de 60 euros por unidad. Las dinámicas, que se elevan a 375 euros cada una, tendrá una capacidad entre los 100 y los 200 litros totales interiores.
Proyecto de compostaje escolar
Concienciar sobre la importancia del reciclaje es esencial, por eso, el año pasado el ayuntamiento puso marcha un proyecto piloto de compostaje escolar para impulsar la economía circular en el que participan ocho colegios donde los alumnos fabrican su propio compost y lo utilizan para abonar sus huertos, al formar parte de la red de Huertos Escolares Agroecológicos.
El compost se elabora a partir de los residuos orgánicos generados en las cocinas de los centros y los restos de los almuerzos, principalmente fruta y pan. Por ello, el primer paso de este programa ha sido enseñar a los escolares qué residuos son aprovechables y cómo deben separarlos. Los colegios que se adhirieron a este plan tienen todo el material necesario, desde los compostadores y aireadores, hasta los termómetros o el estructurante, formado por restos de poda triturados facilitados por Umbela, que les tutoriza durante todo el proceso.
Una planta pionera convertirá los residuos en metanol
Zaragoza tiene por delante el reto de darle una segunda vida a los residuos que generan los ciudadanos. La multinacional Urbaser ha elegido a la capital para construir una planta pionera capaz de transformar los residuos que no son reciclables en metanol e hidrógeno en el Complejo para el Tratamiento de Residuos Urbanos de Zaragoza (CTRUZ). Un ambicioso proyecto de innovación que dejará una inversión de 280 millones de euros en la capital, que se convertirá en la primera ciudad «del mundo» con cero residuos y emisiones.
Impulsado por Urbaser, OMNI y Abacus & Partner junto al ayuntamiento zaragozano, este programa se desarrollará en dos fases que culminarán en 2030 y se financiará con fondos europeos. Hasta un 60% de la inversión podría cubrirse con estas ayudas. Su puesta en marcha permitirá revalorizar los desechos, los residuos que como el plástico o el vidrio no pueden reutilizarse y, en lugar de acabar enterrados bajo tierra, serán tratados y comercializados. Con la conversión del residuo en gas (metanol) se evitará la emisión de CO2 a la atmósfera y se generará un producto con valor y salida en el mercado, como en la automoción.
Los zaragozanos generan menos basura que antes de la pandemia, con una excepción, el plástico y desde 2019 se ha incrementado un 7% el volumen de envases que se depositan en los contenedores amarillos. La tendencia a la baja comenzó ya en 2019, cuando la economía sufrió su primer azote tras la superada crisis de 2008 que se agravó con la pandemia.
Donde sí se ha disparado la recogida orgánica es entre los grandes productores, como mercados, hospitales, colegios y centros de hostelería. El ayuntamiento puso en marcha este servicio en 2019 y en su primer año se trasladaron hasta el Complejo para el Tratamiento de Residuos Urbanos de la Zaragoza (CTRUZ) hasta 327 toneladas generadas por los grandes productores, que se elevaron hasta las 726 en 2021 y las 695 el año pasado. Parte de estos desechos se depositaban en los contenedores de la calle hasta que se puso en marcha este programa.
Fuente: El Periódico de Aragón. Carlota Gomar