Las crisis generadas por el colapso climático y la desigualdad extrema rigen nuestro tiempo. La soberbia de los milmillonarios y las abrasadoras olas de calor acaparan titulares. Nuestro planeta corre el riesgo de quedar destruido por olas de incendios e inundaciones. En todo el mundo, la inmensa mayoría de las personas se enfrentan al creciente precio de los alimentos y la vivienda, mientras que las fortunas de los más ricos crecen imparables. Las mujeres, las personas racializadas, los pueblos indígenas y otros grupos excluidos son los más afectados por el colapso climático.
De no abordar el cambio climático, las personas jóvenes y las generaciones futuras se enfrentarán a las peores consecuencias de sus impactos, dejando a los milmillonarios, mayoritariamente hombres blancos, como los grandes ganadores. No son dos crisis desvinculadas entre sí. La humanidad no se enfrenta a dos desafíos distintos.
Este informe, que aporta nuevos datos, demuestra que ambas crisis (climática y de desigualdad) están interconectadas, indisolublemente unidas, y se retroalimentan. Basándose en nuevos datos globales y en la contribución de personas expertas y activistas de todo el mundo, este informe sostiene que solo lograremos superar la catástrofe que estamos viviendo si adoptamos un enfoque nuevo y radical.
El informe aboga por construir un planeta para el 99 % de la población, en el que se aborden la desigualdad extrema y el colapso climático de forma conjunta. Para ello, es necesario abordar no solo las responsabilidades pasadas y presentes de los países con altas emisiones y las grandes empresas contaminantes por su contribución al incremento de las emisiones de carbono, sino también, y sobre todo, la desproporcionada función de las personas más ricas en la crisis climática, tanto a través de sus emisiones e inversiones como del secuestro del ámbito político.
Asimismo, debe reconocerse que el aumento drástico de la igualdad es una condición necesaria para acabar con el colapso climático y la pobreza.