Resulta muy difícil describir el tiempo en un lugar y momento dados mediante unos pocos elementos y eso es lo que pedimos cada día al casi centenar de predictores de AEMET. Y les requerimos que hagan ese esfuerzo de concreción y claridad expositiva porque una buena predicción, más allá de su precisión, es la que realmente resulta útil al usuario ya que la entiende y «traduce» adecuadamente a su entorno de toma de decisiones.
Esta utilidad es únicamente posible cuando el mensaje es estable en su significado. Para alcanzar esa estabilidad necesitamos una consistencia semántica, que se puede alcanzar si existe un marco que armonice y dé coherencia y uniformidad a la interpretación que cada predictor hace de los datos sobre el estado futuro de la atmósfera que le proporcionan los modelos numéricos.
Desde hace años las Áreas de Predicción y de Difusión e Información de la Agencia Estatal de Meteorología han trabajado en conseguir que los boletines estén redactados de la forma más sencilla posible y que contengan toda la información requerida sin que el mensaje quede enturbiado por imprecisiones lingüísticas o ambigüedades inútiles que restan valor a la información.
En el presente caso, un nutrido grupo de predictores y meteorólogos de distintas unidades operativas de AEMET, apoyados por expertos en comunicación de la meteorología y por expertos lingüistas, han trabajado sobre el manual ya existente para seguir «limpiando» nuestra terminología de aquellas expresiones, que más que aportar, restan, «puliendo» nuestro lenguaje para que sea más efectivo a la hora de transmitir con exactitud la información, y si no «dando esplendor» sí, al menos, dotando a los textos de la claridad y precisión que se demanda.
AEMET entiende que es su responsabilidad conseguir que sus boletines informativos estén redactados de la forma que mejor se ajuste a las necesidades del usuario. Además, seguirá activa en la optimización del mensaje, tanto en su forma como en su contenido. Así mismo, es consciente de que estos esfuerzos se deben complementar con una divulgación de la ciencia meteorológica que facilite al ciudadano no solo una mejor comprensión de la información meteorológica sino que aumente su capacidad de hacer un uso adecuado de ella.