Desde el punto de vista ambiental, el análisis se centra en los impactos asociados a la importación de materias primas desde terceros países para la producción de SAF a partir de residuos, concretamente el HEFA. La aviación representa aproximadamente el 1,2 % de las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero, y se prevé un aumento de estas emisiones si no se adoptan medidas sostenibles. Este informe analiza la incorporación del Combustible Sostenible de Aviación (SAF, por sus siglas en inglés) en España, considerando tanto sus implicaciones ambientales como económicas, en el marco del reglamento europeo ReFuelEU Aviation.
Dicho reglamento establece objetivos progresivos de uso de SAF, comenzando con un 2 % en 2025 (equivalente a 147.780 toneladas), y alcanzando un 35 % en 2050 (2.586.150 toneladas). Además, fija un subobjetivo específico para el combustible sintético (e-SAF) del 1,2 % en 2030, con un volumen inicial de 88.680 toneladas, y del 35 % en 2050, con 2.586.150 toneladas.
Según las proyecciones, en 2050 la incorporación de combustibles sostenibles podría evitar la emisión de más de 15 millones de toneladas de CO2 anuales en el sector aéreo, frente a los 23 millones de toneladas que se emitirían en ausencia de medidas.
Desde el punto de vista ambiental, el análisis se centra en los impactos asociados a la importación de materias primas desde terceros países para la producción de SAF a partir de residuos, concretamente el HEFA.
Si bien el HEFA producido en España a partir de residuos puede reducir las emisiones de CO2 hasta en un 85 %, la importación de aceite de cocina usado (UCO, por sus siglas en inglés) —principal materia prima empleada— desde el Sudeste Asiático puede reducir sustancialmente este beneficio. El transporte desde regiones tan lejanas como Indonesia podría suponer una pérdida de más del 11 % en la reducción de emisiones asociada al uso de HEFA.
En cambio, el e-SAF —producido localmente a partir de electricidad renovable, agua y CO2 capturado de la atmósfera— ofrece un potencial de reducción de emisiones de hasta el 100% en comparación con el queroseno fósil convencional.
El análisis también centra su atención en la incorporación de SAF en las zonas insulares españolas, y los posibles impactos de la importación de materias primas para la producción de HEFA.