“Huesca está muy concienciada con el reciclaje, pero tenemos que ir a más, aunque haciéndolo poco a poco, vamos por buen camino”, expresa Roberto Cacho, concejal de Servicios Generales y Medio Ambiente, tras indicar que un mínimo del 50 % de la población de cada barrio se ha incorporado al ‘contenedor marrón’ o ‘quinto contenedor’ en la ciudad. En cuanto a cifras, desde el Ayuntamiento indican que ya son más de 3.000 las viviendas oscenses que se han apuntado al reciclaje de materia orgánica.
En estos contenedores se pueden depositar todos los residuos domésticos de materia orgánica como peladuras de alimentos, restos de comida cocinada, cáscaras de alimentos, huesos y espinas, pan duro, posos de café, papel de cocina, flores y bolsitas de infusión, entre otros. Todo ello para obtener compost y que luego se utilice como abono para las zonas verdes de la ciudad.
En este trabajo es “clave” tanto la información difundida en redes, como los puntos de información itinerantes a pie de calle y el buzoneo. Pero sin embargo, donde se están consiguiendo los mejores resultados es en “las visitas puerta a puerta, donde se informa a cada vecino en qué consiste este nuevo contenedor”, asegura Cacho.
En esta ocasión, los puntos de información se están llevando a cabo en losbarrios de San Lorenzo y en el Casco Viejo, y aunque “van un pelín más lentos que otras zonas de la ciudad, seguro que alcanza las cifras de los anteriores”.
Para el primer trimestre del año que viene, está previsto que dispongan de este contenedor también los barrios de Santo Domingo y San Martín y el Perpetuo Socorro, “y así quedaría completa toda la ciudad”, puesto que en San José, Santiago, la Encarnación y María Auxiliadora ya cuentan con él. De hecho, fue este último barrio el que comenzó con esta iniciativa, ya que en la legislatura pasada se implantó como plan piloto “y de ahí ya no salió”, dice el concejal.
Desde sus orígenes, en este contenedor se ha recogido 1.400.000 kilos de materia orgánica, “una cantidad muy importante y que tiene que subir de forma exponencial”, reconoce Cacho, pero unos kilos de materia que, de no haber estado estos contenedores, hubieran ido al contenedor verde, y posteriormente, al vertedero. Sin embargo, de esta manera, estos restos se han convertido en fertilizante gracias a la planta de compostaje que se ha puesto en marcha en el vertedero a través de una inversión del Ayuntamiento de 600.000 euros.
Así mismo, también está planteado llegar con esta iniciativa a los municipios incorporados, “no se sabe si con el quinto contenedor o con otro proyecto, pero hay que llegar a toda la ciudadanía”, opina, porque recuerda que “la agenda 2030 es muy clara y hay que llegar al vertido cero”.
Y es que, “aunque parezca que no, el reciclaje es obligatorio”, recuerda Cacho, por eso actualmente el Ayuntamiento está realizando esta campaña a la que los ciudadanos se adhieren de manera voluntaria, “pero llegará un día en la que la normativa supramunicipal obligará a que esté este contenedor y una normativa municipal que obligue a separar todo tipo de residuos sólidos en las casas”.
En cuanto al funcionamiento de este contenedor, desde el Ayuntamiento recuerdan que se tiene que ir siempre con la tarjeta electrónica que se recibe al sumarse a la iniciativa, puesto que en el caso de que alguien se equivoque y eche restos que no corresponden, “toda la materia orgánica que tiene ese contenedor se pierde y no se puede emplear para compost porque está contaminada”.