Nuclear y gas, ¿energías verdes?
La controvertida decisión de la Comisión Europea de calificar como “verdes” la energía nuclear y el gas ha abierto el debate sobre su papel como energías de transición contra el cambio climático, y ha vuelto a poner el foco sobre los pros y contras de las centrales nucleares.
El criterio aplicado al gas, de no emitir más de 270 gramos de CO2/kWh, está por encima de las recomendaciones del IPCC y la AIE y eliminaría de facto el principio de “no causar daño significativo” (DNSH por sus siglas inglesas) establecido en la primera propuesta de Taxonomía, fijado precisamente en ese nivel de emisión.
En el caso de la nuclear, el impacto negativo de los residuos radiactivos de alta actividad está sobradamente documentado y es incompatible con el DNSH. El tratamiento de dichos residuos acarrea unos costes muy elevados y todavía carecemos de una solución probada y definitiva para ellos, tras 60 años de uso de la tecnología. Por añadidura, accidentes como Chernobyl o Fukushima son referentes claros sobre los riesgos de la energía nuclear.
Programa de Informe Semanal del 5/02/2022
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