El Sindicato Europeo de Trabajadores Públicos (EPSU) y la Red Europea Anti-Pobreza (EAPN) han publicado con motivo de la semana europea contra la pobreza energética un informe describiendo la situación actual de la pobreza energética en Europa, buscando posibles soluciones a distintas escalas y estableciendo una clara lista de reivindicaciones.
La pobreza energética describe una situación donde en una vivienda no hay capacidad de acceder a los servicios energéticos esenciales a un precio asequible para asegurar la energía necesaria para llevar una vida digna en el hogar y participar plenamente en la sociedad. La pobreza energética es el resultado de una combinación de factores estructurales: pobreza de ingresos y desigualdad, precios de la energía injustos, y una vivienda ineficiente y de escasa calidad. El acceso a una energía limpia y asequible debe estar protegido como un derecho fundamental reconocido como un servicio esencial dentro del Pilar europeo de derechos sociales y como un servicio de interés general dentro de la legislación de la UE.
Los impactos económicos, sociales y de salud de la pobreza energética y la precariedad son múltiples. La transición hacia la energía limpia debe tener como prioridad la descarbonización, mediante la reducción de la demanda general de energía y la promoción de un uso eficiente de la energía, a la vez que se garantice que las viviendas de bajos ingresos y con pobreza energética se beneficien plenamente de la transición verde y no se queden atrapadas en la infraestructura de combustibles fósiles.
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