La población de osos pardos en el Pirineo ha registrado un considerable aumento en los últimos años, según los datos del seguimiento transfronterizo anual en el que participan las administraciones españolas, andorranas, y francesas, facilitados por el Gobierno de Aragón. En Francia, la OFB, a través de la Red Oso Pardo (ROB), se encarga de esta tarea.
Así, en el Pirineo Oriental (Ribagorza-Sobrarbe) se registraron el año pasado entre dos y tres ejemplares, mientras que en el Pirineo Occidental, mucho más poblada, fueron entre cinco y seis. En comparación, en noviembre de 2024, en el Pirineo Oriental, en la Alta Ribagorza (Valle de Benasque), había indicios de la presencia probable de una hembra con una cría. Mientras que en el Pirineo Occidental había un mínimo de tres ejemplares: la hembra Claverina y dos machos subadultos, hijos de la osa Sorita, con la posible entrada ocasional de un cuarto ejemplar.
Según los informes, en 2024 se notificaron 36 ataques, de los que 3 fueron desestimados, todos ellos en los valles occidentales, con 46 reses muertas, la mayoría en los valles de Ansó y Hecho. En el conjunto de los Pirineos, 2024 fue el año en el que se han observado un mayor número de hembras con crías desde las primeras reintroducciones de 1996. Al menos nueve de las 16 crías nacidas y detectadas en 2023 fueron detectadas vivas en 2024. Trece individuos detectados en 2023 no fueron detectados en 2024, si bien no se conideran desaparecidos por ahora. Sin embargo, cinco osos se consideran desaparecidos en 2024.
En total, en 2024, se identificaron 96 individuos diferentes y un mínimo de 13 camadas, 22 oseznos del año. El área de distribución -con 3.593 indicios indirectos recogidos- estima un área de presencia en todo el macizo de 7.200 kilómetros cuadrados, un 100 % más respecto a 2023 y 1.500 kilómetros cuadrados con respecto a 2022.