Cruz Roja vuelve a hacer voluntariado en el Parque Nacional de Ordesa Monte Perdido por cuarto verano consecutivo con una doble misión medioambiental y sanitaria. Los equipos llegarán al espacio protegido el próximo lunes 15 de julio y no pararán hasta el 1 de septiembre. En total, siete semanas de actividad que son posibles a través de la financiación del MITECO (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico) y la colaboración del organismo Parques Nacionales y el Ayuntamiento de Torla, entre otros apoyos.
Como ha venido siendo habitual, semanalmente, rotarán equipos compuestos por diez personas voluntarias de Cruz Roja, en su mayoría con formación medioambiental (ambientólogos, geólogos, biólogos), sanitaria, (medicina, enfermería, técnico de emergencias sanitarias o socorristas), así como traductores en diferentes idiomas, entre otros. Así rotarán en total más de 60 personas. El voluntariado procede de las asambleas de la provincia de Huesca y, en el aporte de personal, se cuenta también con la colaboración de compañeros y compañeras de Zaragoza, Navarra, Madrid, Cataluña, Comunidad Valenciana y otros puntos de España. Varias de estas personas repiten experiencia satisfechas de los realizado y aprendido en veranos anteriores.
El trabajo medioambiental que se desarrollará continuará la labor emprendida con anterioridad de informar y sensibilizar a los visitantes con el valor del entorno y la necesidad de su preservación y, por tanto, se recordará el necesario complimiento de las normas del Parque, como que no se permite hacer fuego, la acampada libre, perturbar la tranquilidad de la naturaleza, la caza y la pesca, tirar toda clase de residuos o basuras, llevar perros sueltos, coger animales, plantas, minerales o rocas, ni el uso de drones o el baño en ríos e ibones, entre otras limitaciones.
El voluntariado de Cruz Roja también hará recomendaciones a los visitantes para que vayan con el equipamiento adecuado y consejos sobre las rutas más adecuadas a su condición física y edad. Todo ello dentro de una misión preventiva de accidentes o percances que puedan resultar peligrosos en la alta montaña.
Otro aspecto a continuar es el relacionado con las encuestas que se hacen entre los visitantes para conocer su grado de conocimiento de lo que supone adentrarse en Odesa con seguridad. En este sentido se les pregunta por su forma física, conocimiento de la ruta, calzado adecuado, si llevan agua, etc.
Este verano, por primera vez, está previsto además colaborar con los biólogos del Parque en un estudio sobre el comportamiento de la Rosalia Alpina, una especie de escarabajo de gran tamaño y coloración característica que se encuentra protegida por legislación europea.
En cuanto a la vertiente sanitaria de la actividad, será igualmente similar a la de años anteriores que proporcionó asistencia y seguridad a los turistas y logró evitar mayor saturación en los recursos de la red del Salud en la zona. Volverá a instalarse el puesto de Primeros Auxilios en la Pradera de Ordesa y habrá un hospital de campaña para prestar atención ante lesiones o heridas. Asimismo, equipos de voluntarios, con mochilas de socorro, estarán por los senderos más frecuentados por si fuera necesario intervenir y se dispone de un vehículo de rescate para los casos en que fuera necesaria la evacuación y traslado de alguna persona accidentada.
En este mismo ámbito de la salud, el voluntariado proseguirá con el estudio, emprendido en la anterior edición, sobre los esquinces –patología muy frecuente en este entorno- para ahondar en cómo y las causas que los producen: actividad que se realiza, lugares, tipo de calzado, etc.
El objetivo final del voluntariado en Ordesa es, por un lado, el concienciar a las personas para que se respeten valores naturales y lo hagan con seguridad; y, por otro, proporcionar socorro y ayuda en ese entorno inmediato y evitar la saturación de los servicios sanitarios de la comarca.
Fuente: Diario del Alto Aragón