De España a Japón, pasando por Estados Unidos, China o el Ártico. Las olas de calor severo han barrido el hemisferio norte este junio pulverizando récords de temperatura. Francia, Alemania, Suiza o Rusia han registrado máximos históricos para esta época del año.
España necesita casi el doble de aire acondicionado para combatir el calor severo que hace 40 años
A lo largo de este mes, muy temprano para las olas de calor septentrionales, múltiples episodios de temperaturas extremas se han ido solapando. Y el registro histórico cuenta que olas de calor simultáneas que afectan a múltiples regiones –denominadas concurrentes– son cada vez más habituales: “Se han multiplicado por siete” desde la década de 1980, según un reciente estudio de la Universidad Estatal de Washington (WSU). “Se ha pasado de 20 a 143 días” en los que se constataron olas concurrentes. Eso implica que casi todos los 153 días de la temporada cálida, que va de mayo a septiembre, tuvieron al menos una.
Vivimos en un mundo interconectado, así que los efectos en una región disparan una reacción en cadena”, abunda esta ingeniera especializada en dinámicas climáticas. “Puede provocar daños en las cosechas de distintas zonas al mismo tiempo, lo que podría llevar a escasez global de alimentos. Los estudios más recientes ya muestran que estas olas concurrentes pueden afectar a la producción mundial y amenazar la seguridad alimentaria”.
No se salva ningún continente
España experimentó nueve jornadas de calor muy por encima de lo normal entre el 10 y el 19 de junio. Unas temperaturas que habrían sido calificadas de muy altas incluso en plena canícula, con lo que fueron “excepcionalmente inusuales” para esa época del año.
Se dispararon los termómetros y el riesgo de incendios forestales. Finalmente, más de 40.000 hectáreas ardieron. Castilla y León registró su peor fuego en la Sierra de la Culebra de Zamora, solo un año después de marcar el récord de monte calcinado en Ávila.