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El Parlamento Europeo exige reglas más severas para mejorar la calidad del aire

El Parlamento Europeo ha exigido este jueves reglas más estrictas para proteger la calidad del aire en la UE. El texto de la Eurocámara servirá ahora de base para negociar una nueva directiva con el Consejo Europeo y la Comisión. El Partido Popular español se ha alineado con la ultraderecha y, como Vox, ha votado en contra del texto que sí han respaldado otros miembros de la familia del Partido Popular Europeo. Los ultraconservadores ya habían tratado de diluir, a base de enmiendas, el documento que ha salido aprobado por 363 votos a favor, 226 en contra y 46 abstenciones.

La Eurocámara se pone como objetivo así una nueva regulación que fije límites para 2035 más severos para varios contaminantes (como las partículas finas o el dióxido de nitrógeno) y para lograr la “contaminación cero” en 2050; y pretende que se establezcan, además, más puntos de recogida de datos de la contaminación atmosférica, que provoca unas 300.000 muertes prematuras al año en la Unión, según el informe del Parlamento, presentado por el eurodiputado socialista español Javi López.

“Abordar la contaminación del aire en Europa exige una acción inmediata”, ha exigido ponente del texto. “Necesitamos ser ambiciosos para salvaguardar el bienestar de nuestros ciudadanos y crear un medio ambiente más limpio y saludable”, ha añadido López, que ha definido la situación como una “pandemia a cámara lenta”, según López, que deriva en un aumento de las enfermedades cardiovasculares, de casos de cáncer de pulmón y asma y genera un coste de entre 231.000 y 853.000 millones de euros.

Las organizaciones medioambientales y las de sanitarios habían reclamado a la UE un endurecimiento de las reglas para todo el bloque de 27 Estados miembros. Y la Eurocámara da ahora un paso adelante. Aunque la nueva regulación no lo tendrá fácil en la llamada “negociación a trílogos” con representantes del Consejo (los Veintisiete) y de la Comisión. Hay Estados miembros más reticentes —fundamentalmente los más conservadores— y en los últimos tiempos, además, la ultraderecha y parte de la derecha han tratado de derribar parte de la agenda verde europea —como la ley para la restauración de la naturaleza— para tratar de ganar votantes que se van a los grupos populistas y al reclamar que se están aprobando demasiadas leyes y demasiado rápido y no pueden absorberse sin coste para las empresas.

La Comisión Europea propuso en octubre una revisión de las directivas para reducir la contaminación que buscan, entre otras cosas, reducir en una década más del 75% los fallecimientos relacionados con el principal contaminador, las partículas en suspensión de menos de 2,5 micras de diámetro (PM₂,₅). Bruselas también propone nuevos indicadores para las aguas residuales urbanas y las aguas subterráneas y de superficie, con la meta de lograr una política de contaminación cero como tarde en 2050.

El Parlamento Europeo es más ambicioso y reclama, además, que en la nueva legislación europea se armonicen los índices de calidad del aire, que considera “fragmentados y poco intuitivos”, para que sean así comparables, claros y estén disponibles públicamente con actualizaciones cada hora para que los ciudadanos puedan protegerse durante niveles elevados de contaminación del aire y antes de que se alcancen los umbrales de alerta obligatorios.

En línea con otras políticas, como la reciente eliminación de los carriles bici en varias ciudades, los eurodiputados del Partido Popular han votado en contra del informe de la Eurocámara. También lo ha hecho la ultaderecha de Vox. “La votación ha sido otra victoria para las fuerzas progresistas del Parlamento Europeo, las que luchan por una Europa sostenible y verde”, ha lanzado el eurodiputado de En Comu Podem Ernest Urtasun. “El hecho de que el PPE haya intentado, de nuevo, alinearse con la extrema derecha para diluir la legislación medioambiental es una auténtica vergüenza”, ha criticado.

“La votación es sintomática, el PP ha decidido romper el consenso verde que se había construido en Bruselas en torno al Pacto Verde Europeo”, ha afeado Javi López. “Copian así el discurso de la extrema derecha para competir y aliarse tras el 2024 (cuando hay previstas elecciones europeas)”, añade.

Para Irene Bernal, de la fundación Salud por Derecho, que ha seguido muy de cerca el tema, es “un alivio” que el texto de la Eurocámara haya salido adelante. Aunque la organización reclama más ambición con las fechas. “Nos decepciona saber que en las negociaciones de última hora la fecha límite para implementar estas medidas tan urgentes por parte de los Estados miembros se ha pospuesto de 2030 a 2035. Los datos demuestran que, en la lucha contra la contaminación atmosférica, cada día cuenta y una extensión de cinco años es demasiado tiempo”, señala Irene Bernal, responsable de Investigación e Incidencia Política de la organización, que ha advertido contra la expansión de posturas negacionistas de la crisis climática.

“Este tema visibiliza una vez más que hay una serie de elementos, como las cuestiones económicas, que se pueden poner por encima del impacto en la salud. Pero eso es negar que estamos ante un asunto importante, hablamos de evidencia científica, muertes identificadas. Son cuestiones enormemente urgentes”, incide Bernal, que alerta de la urgencia de sacar adelante la negociación en trílogos y hacerlo durante la presidencia española del consejo de la UE este semestre, para que no termine en un cajón: Bélgica será la próxima presidencia, antes de las elecciones europeas de junio de 2024, y después Hungría.

Fuente: El País. María Sahuquillo

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