El Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra está de enhorabuena por la entrada en servicio del nuevo sendero que lleva hasta la Muela de Galve. Se trata de un ramal del PR-TE 36 que une Galve y Alfambra, bautizado como la Ruta de los Alcamines.
A pesar de que la visita a este enclave de alta riqueza geológica y faunística era habitual entre quienes recorrían esta ruta, no ha sido hasta ahora cuando la variación se ha señalizado con balizas blancas y amarillas y se ha marcado el sendero para que su acceso resulte todavía más fácil.
Hasta ahora la aproximación era fácil por el sendero PR TE 36 Ruta de los Alcamines (Galve-Alfambra) pero una vez en el Alto del Carralcamín había que llegar monte a través por un terreno con muy pocas referencias. Pero ya no es así. Desde hace unos meses se puede utilizar un sendero marcado por el Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra que aproxima hasta la misma cima de esta singular meseta colgada. Este nuevo tramo recibe el nombre PR TE 36 Derivación Muela de Galve.
La excursión parte del puente histórico sobre el río Alfambra, en la vega de Galve, cerca ya del inicio de los estrechos de los Ríos Altos. De allí arranca el PR TE 36. Esta ruta coincide en buena parte con el antiguo camino de Galve a Teruel, el que tomaban los vecinos para viajar a esta ciudad antes de que se construyera la carretera y también para llevar el grano a moler en el molino de los Alcamines.
Senda ascendente
La ruta comienza como una senda ascendente a través de bancales de secano y de pastos sobre terrenos pedregosos. Sale a un camino agrícola que abandona para volver a otra senda que pasa junto a estrechas terrazas abandonadas. Es la partida de los Vallejos. En este tramo el sendero está señalizado con marcas de pintura blanca y amarilla y con postes de seguimiento de ruta, mejorados tras la adición de vitolas metálicas, explica la información facilitada por el Parque Cultural del Chopo Cabecero.
El sendero se ha jalonado de postes de cierta altura para que resulte fácil seguir el recorrido. Además, se han levantado hitos de piedras identificados también con las franjas blanca y amarilla de los senderos de pequeño recorrido y se han colocado líneas de piedra para delimitar zonas de paso.
A lo largo de la ruta se podrán identificar parapetos defensivos levantados por las tropas del ejército republicano durante la Ofensiva de Levante de la Guerra Civil que, aunque están prácticamente colmatados aún son evidentes las zigzageantes líneas de piedras que surcan la ladera del Alto de la Cruz de Carralcamín.
Además, la riqueza vegetal del entorno muestra un repertorio de especies arbustivas que tiñen de colores las laderas hasta que el caminante se asoma al estrecho de los Alcamines por el que serpentea el Alfambra flanqueado por sendas hileras de árboles que regalan un intenso color verde a las orillas del incipiente río.
En las terrazas abandonadas pueden verse restos cerámicos de diversa factura correspondientes a los diferentes poblamientos históricos que ha tenido esta meseta. Nos ofrecen una mirada a los cambios que se han producido en el paisaje incluso en parajes tan agrestes como la Muela de Galve.
Fuente: Diario de Teruel