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El Pirineo pierde más de la mitad de sus glaciares en cuatro años

En cuatro años han desaparecido más de la mitad de los glaciares del Pirineo, según los datos expuestos en la jornada celebrada por el ‘Aragón Climate Week’ en el Centro de Interpretación del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en Torla, hace un par de semanas.

El investigador del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC), Ignacio López, fue el encargado de dar a conocer los resultados de los programas de seguimiento que evidencian la rápida reducción de los glaciares pirenaicos, un fenómeno que los convierte en claros indicadores del cambio climático.

Ignacio López mostró su preocupación al afirmar que “en 2020 contábamos con 24 glaciares y 297 hectáreas, y en 2024 se ha reducido a 14 glaciares y 156 hectáreas”. En su ponencia, enmarcada en la jornada titulada ‘Cambio climático en los Espacios Naturales Protegidos’, resaltó la importancia de reforzar la monitorización y las medidas de adaptación ante el retroceso de estos ecosistemas

En una línea complementaria, el consultor botánico y editor de Jolube, José Luis Benito, profundizó en los efectos del cambio climático sobre la vegetación de los espacios naturales protegidos, a partir del proyecto internacional Gloria. Este programa, especialmente útil porque a través de un mismo protocolo permite comparar la evolución de la flora en cordilleras muy distintas, se desarrolla en tres zonas piloto de Aragón: en el año 2000 en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido (ES-CPY), en 2011 en el valle de Tena (ES-SPY) y en 2012 en el Moncayo (ES-MON).

Benito remarcó que, a escala europea, se aprecia una expansión de las especies vegetales hacia zonas más elevadas, un fenómeno que refleja la respuesta de la flora al aumento de las temperaturas. Según los datos del proyecto, las plantas ascienden una media de 2,7 metros por década.

La jornada incluyó un emotivo recuerdo a Elena Villagrasa, directora del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, fallecida el pasado septiembre. El homenaje contó con la participación de la directora general de Educación Ambiental del Gobierno de Aragón, Raquel Giménez, y del jefe de Servicio de Conservación del Parque, Francho Beltrán. Además, se realizó un recorrido guiado por el entorno en el que se explicó el origen del nombre “Ordesa”, vinculado a los antiguos cultivos de cebada (ordio) que antaño se cultivaban en el valle. Asimismo, se puso de manifiesto el cambio en la cobertura forestal, con un incremento estimado del 18 % al 22 % de la superficie del parque, y se incidió en que las especies acuáticas figuran entre las más amenazadas por el cambio climático en las zonas de montaña, lo que refuerza la necesidad de intensificar las medidas de conservación.

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