El cambio climático desencadenado por el ser humano ha llevado ya a un aumento de la temperatura media mundial de alrededor de 1,1 grados Celsius respecto a los niveles preindustriales y a un incremento de los fenómenos extremos, como las extraordinarias olas de calor que ha vivido durante este verano el hemisferio norte. Pero, más allá de esos impactos, a los científicos les preocupan los llamados puntos de inflexión, algo así como las líneas rojas del calentamiento global. Una investigación ha identificado 16 de estos hitos que, si se sobrepasan, tendrán consecuencias globales para millones de personas y en algunos casos cebarán todavía más el calentamiento global. Cinco de esos puntos de inflexión climática están cerca de superarse, advierten los expertos. Si el ser humano sigue sobrecalentando el planeta con sus emisiones de gases de efecto invernadero —que provienen principalmente del uso de los combustibles fósiles— la posibilidad de sobrepasar estos y otros hitos se multiplicará, según se recoge en un estudio publicado este jueves en la revista Science.
Los cinco hitos que es posible que se superen, incluso ya con el actual nivel de calentamiento, son:
- el colapso de la capa de hielo de Groenlandia y en la Antártida occidental,
- la pérdida abrupta del permafrost boreal,
- la muerte masiva de los corales tropicales y
- el colapso de las corrientes en el Mar de Labrador, ubicado frente Canadá en el Atlántico.
Por cada décima de calentamiento extra, la probabilidad de sobrepasarlos se vuelve más real. Hasta el punto de que los investigadores consideran que esos cinco puntos de inflexión se rebasarán, aunque el Acuerdo de París contra el cambio climático, firmado en 2015, se cumpliera. Ese pacto internacional tiene como objetivo principal reducir las emisiones de efecto invernadero mundiales a un ritmo suficientemente rápido para lograr que el calentamiento se quede entre los 1,5 y los 2 grados Celsius.
La primera gran evaluación de los puntos de inflexión climática data de 2008. Pero desde entonces se ha mejorado el conocimiento en este campo. “Ha habido muchos avances importantes en la ciencia del clima, con modelos climáticos mejorados, más observaciones y más registros históricos del cambio climático que ayudan a comprender mejor cómo y cuándo podrían ocurrir puntos de inflexión en el sistema climático”, detalla a EL PAÍS David Armstrong McKay, investigador de la Universidad de Exeter (Reino Unido) y autor principal del estudio. A medida que la ciencia ha avanzado, los umbrales de calentamiento a partir de los que se prevé que se supere cada uno de los hitos se van rebajando. “Nuestra evaluación apunta a que algunos puntos de inflexión ya son posibles ahora y se vuelven probables más allá de los 1,5 grados. Eso significa que muchos puntos de inflexión probablemente estén más cerca de lo que pensábamos”, advierte Armstrong. El coautor del estudio Tim Lenton, director del Instituto de Sistemas Globales de la Universidad de Exeter, abunda en la misma idea: “Desde que evalué por primera vez los puntos de inflexión climáticos en 2008, la lista ha crecido y nuestra evaluación del riesgo que representan ha aumentado dramáticamente”.
El equipo de investigación internacional que lidera Armstrong ha realizado una revisión exhaustiva de más de 200 artículos publicados desde 2008, lo que ha desembocado en un incremento de los hitos climáticos de nueve a 16. “Hasta donde yo sé, este estudio es la primera evaluación sistemática para actualizar las estimaciones del umbral y el número resultante de puntos de inflexión posibles o probables en niveles seleccionados de calentamiento global”, apunta el investigador de la universidad de Exeter. Lógicamente, a más calentamiento más hitos se superarán. Por eso, en el estudio publicado en Science se aboga por una “acción urgente para mitigar el cambio climático”. Además, los autores apuestan por “desarrollar una mejor evaluación del riesgo de cada punto de inflexión”, por poner en marcha sistemas de alerta temprana y estrategias de adaptación a unos cambios que en algunos casos serán irreversibles durante cientos o miles de años, como apunta la última revisión del IPCC ―el panel internacional de expertos ligado a la ONU que sienta las bases sobre el conocimiento el calentamiento global.
Los puntos de inflexión son fundamentales en la ciencia climática porque una vez que se superan desencadenan impactos importantes que continuarán en el tiempo, “incluso si detuviéramos o revirtiéramos el calentamiento global”, explica Amstrong. “Por ejemplo, una vez que se desencadene el colapso de las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida Occidental”, añade el investigador, “continuarían colapsando durante los próximos cientos a miles de años, independientemente de si el calentamiento se detiene o disminuye más tarde”. Y la pérdida total del hielo en ambas zonas llevará a “un aumento del nivel del mar de más de 10 metros para las generaciones futuras, remodelando masivamente las costas del planeta y desplazando a las principales ciudades”.
De igual forma, añade Amstrong, la destrucción masiva de la selva amazónica debido al calentamiento o la deforestación (algo que se plantea en el estudio para un escenario de calentamiento de entre 2 y 4 grados Celsius) implicaría la pérdida “irreversible de grandes partes del bosque, incluso si el calentamiento o la deforestación se detuvieran, liberando más dióxido de carbono y amplificando aún más el calentamiento global”. Algo parecido ocurriría con la pérdida del permafrost —el suelo helado de las latitudes boreales—, que llevaría a la liberación a la atmósfera de millones de toneladas de los gases de efecto invernadero que sobrecalientan el planeta, como advierte el informe.
La superación de todos los puntos de inflexión “tendrían importantes impactos negativos para millones de personas”, aunque el alcance y la escala de tiempo de estos impactos varían. Por ejemplo, “millones de personas, incluidas algunas de las más pobres del mundo, perderían rápidamente sus medios de vida si los arrecifes de coral tropicales murieran o si se desencadenara la muerte en el Amazonas“, afirmo Amstrong. Por otro lado, el colapso de las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida Occidental afectaría también a miles de millones de personas debido al incremento del nivel del mar, “pero en escalas de tiempo mucho más largas, de miles de años”.
“Nuestro nuevo trabajo proporciona una evidencia convincente de que el mundo debe acelerar radicalmente la descarbonización de la economía para limitar el riesgo de cruzar los puntos de inflexión climáticos”, apunta por su lado Lenton. “La posibilidad de cruzar los puntos de inflexión se puede reducir disminuyendo rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero, comenzando de inmediato”, apuntala Amstrong.
El problema es que los esfuerzos internacionales comprometidos hasta ahora en el marco del Acuerdo de París no van en esa dirección. Para conseguir que el calentamiento global no supere los 1,5 grados se requiere que las emisiones de efecto invernadero se reduzcan a la mitad en 2030 y sean cercanas a cero a mediados de este siglo. Pero, según los planes nacionales de los países, para finales de esta década las emisiones lejos de caer seguirán aumentando.
Noticia completa en El País. Manuel Planelles