En diez días arrancará en el Ifema de Madrid la Feria Internacional de Turismo (Fitur) 2024, donde como todos los años el público se encontrará con un sinfín de ofertas turísticas de todo tipo, entre las que cada vez cuesta más encontrar algo diferente, pero para lo que Teruel cuenta con un modelo que no hay en otros sitios y que se basa en vivir experiencias a partir de lo que la ciencia ha sacado a la luz en el territorio.
Ese turismo de ciencia y ocio, que empezó a principios de siglo con un parque paleontológico en el que se pusieron muchas expectativas, pero sobre el que casi nadie imaginaba el potencial que iba a tener, se ha convertido hoy en día en una manera de poner la investigación científica al servicio del desarrollo territorial, cuyos pasos ha seguido ahora también la astronomía. Dos recientes publicaciones de difusión nacional e internacional destacan cómo en Teruel la investigación científica está al servicio del desarrollo territorial a través de la riqueza de sus fósiles y de sus cielos nocturnos para vivir experiencias imposibles de disfrutar en otros lugares.
Las revistas en las que han salido estos artículos son Metode Science Studies Journal, que edita la Universitat de Valencia, y Astronomía, la primera publicación periódica de este tipo en España que se edita desde 1985 dedicada a la divulgación de la astrofísica y las ciencias del espacio. Son publicaciones que tienen difusión tanto en papel como online, y en el primer caso con proyección internacional y con versión en inglés de sus contenidos. Ambos trabajos constatan que en ningún lugar como en Teruel la investigación se ha puesto al servicio del desarrollo a través de ese maridaje entre ciencia y ocio con experiencias como Dinópolis, las rutas paleontológicas que se ofrecen por toda la provincia, y Galáctica y las experiencias en astroturismo que se están llevado a cabo por distintas comarcas turolenses.
Si algo tiene la provincia es territorio virgen para explotar unas ciencias como la paleontología y la geología, además de unos cielos limpios consecuencia de la ausencia de contaminación lumínica por su escasa población, lo que dio lugar a que hace quince años se pusiera en marcha el proyecto del Centro de Estudios de Física del Cosmos de Aragón (Cefca) y la construcción del Observatorio Astrofísico de Javalambre.
Las ciencias de la Tierra y del espacio, con su vertiente divulgadora, han dado lugar a ese modelo de turismo de ciencia y ocio que se ha puesto al servicio del desarrollo territorial, primero con el parque paleontológico y ahora con Galáctica, el centro para la divulgación y la práctica de la astronomía de Arcos de las Salinas que sigue los mismos planteamientos. Y de igual forma que el turismo paleontológico se ha extendido por toda la provincia no solo a través de Dinópolis sino de otras propuestas como el parque pionero de Galve, las rutas de Dinoexperience en la Comarca Comunidad de Teruel, la de las carreteras de las icnitas de dinosaurio o los recursos musealizados de El Castellar, han hecho de esta ciencia un recurso para atraer turismo a la par que se han incentivado las investigaciones científicas en una constante retroalimentación.
El director gerente de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis, Alberto Cobos, destaca la importante interacción que la investigación científica puede tener en las zonas despobladas de la España interior, puesto que su vertiente divulgativa acaba poniéndose al servicio del desarrollo territorial.
Eso es lo que ha favorecido que durante la pasada legislatura el Gobierno central haya apoyado también la denominada Unidad de Paleontología de Dinosaurios de Teruel, que reconoce a la provincia como un referente en la materia por las consecuencias que eso tiene después en el desarrollo del territorio y la creación de riqueza a través de los recursos relacionados con los dinosaurios y la paleontología.
Revulsivo
En el artículo Dinosaurios en España y medio rural. La investigación al servicio del desarrollo territorial, publicado en la revista Metode Science Studies Journal, en un volumen monográfico sobre el legado de los dinosaurios, Cobos asegura que estos animales extintos del pasado se han convertido en un “revulsivo científico, cultural y socioeconómico muy relevante”.
Argumenta que “España es uno de los países más representativos en el mundo respecto a la utilización de los dinosaurios como factor de desarrollo territorial en el medio rural”, y que en lugares como Teruel se “viene potenciando por la presencia permanente de especialistas que desarrollan su investigación en el entorno próximo del que proceden los fósiles”.
En el trabajo se analiza no solo lo que se ha hecho en Teruel en torno a esta riqueza patrimonial autóctona, convertida en un factor de desarrollo del que carecen en otros lugares, sino también experiencias en otros lugares que como Cuenca y Soria, que forman parte de la llamada España vaciada o despoblada. Es en estos lugares donde los dinosaurios se han convertido en un recurso geoturístico de éxito con un gran potencial.
En las conclusiones del artículo se apunta que los dinosaurios son “uno de los grandes recursos científicos y turísticos de España, y sus fósiles constituyen una herramienta útil y una oportunidad para fortalecer la investigación en paleontología y para favorecer el desarrollo socioeconómico de las regiones, usualmente empobrecidas y despobladas, donde se encuentran estos fósiles”.
Un recurso excepcional y muy focalizado en estos lugares que además permite “potenciar un turismo de naturaleza y cultura que incrementa la cultura científica de la sociedad utilizando diferentes herramientas de transferencia del conocimiento”.
Argumenta Cobos en la publicación que los fósiles y su divulgación han demostrado que tienen el “potencial de contribuir significativamente al desarrollo de áreas despobladas en buena parte de España”, a la vez que el impacto de nuevos hallazgos supone un “revulsivo científico, cultural y socioeconómico muy relevante”.
Sostiene el autor que ampliar ese modelo aragonés hacia todo el contexto español “permitiría potenciar la I+D+i sobre paleontología de dinosaurios en España y llegar así a ser un referente internacional”.
Y de igual forma se pronuncia el autor del artículo aparecido en Astronomía sobre Galáctica, que es José Jiménez, director ejecutivo de AstroÁndalus, la empresa concesionaria de la gestión de estas instalaciones sobre divulgación de la astronomía que dependen del Cefca. En la publicación, titulada Galáctica, el universo más cerca que nunca, sostiene que este centro es una “rareza” y “excepción” única “con capacidad de generar un gran impacto y convertirse en un referente mundial en la divulgación de la astronomía”.
Al igual que con Dinópolis, los contenidos de Galáctica se sustentan en la investigación y la ciencia que hace el Cefca y el Observatorio de Javalambre. Y de la misma manera, Jiménez sostiene que el centro constituye “una nueva herramienta de desarrollo rural para la comarca de Gúdar-Javalambre”, que contribuye a la generación de empleo, “anclar población y, sobre todo, demostrar que nuestras zonas rurales cuentan con grandes posibilidades y oportunidades”.
Añade en este sentido que un centro como el que se ha construido en Arcos de las Salinas, que es único en el mundo, “pone de manifiesto que cuando existe voluntad y se cree en un territorio, hay capacidad para generar proyectos tractores de gran valor, y con un gran potencial en términos económicos y de desarrollo”.
Ambos proyectos se han desarrollado con el Fite, que financian a partes iguales las administraciones central y autonómica, cuya finalidad es precisamente impulsar iniciativas que generen desarrollo económico al actuar como tractores de la actividad económica del territorio. En Fitur mostrarán en los próximos días su singularidad como iniciativas que basan su éxito en ese buen maridaje entre la ciencia y el ocio.
Actividad en Galáctica
Proyectos como Dinópolis y Galáctica, con el sustento científico que tienen detrás, tiran de otros recursos del territorio con experiencias como la que el próximo día 27 tendrá lugar en el centro de divulgación y práctica de la astronomía de Arcos de las Salinas, donde un producto de la tierra como es el vino se fundirá en una actividad denominada Cata galáctica. El sol y el vino. Tendrá lugar ese día a las 11:45 horas y los asistentes, que tienen que reservar plaza previamente, podrán disfrutar de una cata de vino a la vez que aprenderán cómo estos caldos tienen mucho más que ver con las estrellas de lo que uno pueda imaginarse. Una vez más, la ciencia al servicio de los recursos turísticos y gastronómicos.
La actividad permitirá a los participantes descubrir los misterios del vino en Galáctica, a través de una experiencia “sensorial”, algo que tanto valoran ahora los turistas. Consistirá en una cata de tres vinos de la bodega Baldovar, próxima a Galáctica, a la vez que se explicará cómo la tierra y el sol, sus elementos químicos y la física, tienen que ver en los placeres sensoriales que al final se disfrutan al probar un buen vino.
Durante la sesión se explicará cómo se forma la luz en las estrellas, el tiempo que tarda en salir de ellas, en qué se transforma cuando llega a la Tierra, y el efecto que tiene en las plantas y en concreto en las vides, y en consecuencia en el vino. Otra forma de acercar la ciencia con los sentidos.