La nevera medieval de Alcañiz es un gran espacio de 20 metros de longitud en cuya base se conserva una red de pequeños canales que desembocan en un pozo de planta cuadrada. Era un almacén de hielo que guardaba durante todo el año nieve y hielo para conservar alimentos o para fines medicinales. La nieve se introducía en invierno desde el exterior a través de dos aberturas todavía visibles. Los canales drenaban el lugar evitando el encharcamiento del mismo y conducían hacia el pozo el agua deshelada. Se accede desde la oficina de turismo por una estrecha escalera excavada en la roca.
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