El proyecto Geovacui, una iniciativa de ciencia ciudadana que financia la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt), ha lanzado un primer mapa de iniciativas de cooperación contra la despoblación en las zonas rurales, que incluye varias en la provincia de Teruel como la Fundación Santa María de Albarracín, Adibama, La Tribu Rural, Abueñízate o Apadrina un olivo, entre otras. El objetivo es mostrar iniciativas de éxito que contribuyen a la lucha contra la despoblación y facilitar la creación de redes de colaboración entre ellas.
El Mapa colaborativo de iniciativas de cooperación contra la despoblación en áreas rurales acaba de ser colgado en Internet, aunque no está cerrado y se está a la espera de nuevas aportaciones con la intención de poder cerrarlo a finales de septiembre.
El grupo de profesores universitarios que está destrás de esta iniciativa visitó a principios de año la Sierra de Albarracín y el Jiloca para dar a conocer el proyecto e incorporar iniciativas. Se trata de un proyecto de ciencia ciudadana con el Ministerio de Ciencia e Innovación en el que participan geógrafos de la Universidad Complutense de Madrid, la Universitat de Barcelona, la Universidad de Burgos, la Universidad de Málaga y la Universidad de Sevilla.
Es el segundo proyecto desarrollado por este equipo de profesores después de que en el primero ahondaran en el conocimiento del vaciamiento que sufren amplios territorios del interior de España. La novedad es que se realiza dando voz a los habitantes de estos territorios motivando la estimulación y la participación, de ahí que se trate de ciencia ciudadana.
En esta segunda fase, denominada Geovacui 2, en la que se ha elaborado el Mapa colaborativo, se ha planteado la confección de esta herramienta interactiva en Internet que permite conocer y ubicar espacialmente iniciativas de cooperación contra la despoblación en áreas rurales.
La herramienta, que georreferencia en un mapa de España la ubicación de estas iniciativas de éxito, facilita información sobre las mismas y la manera de contactar con ellas, se ha colgado ya en Internet aunque terminará de completarse de aquí al 30 de septiembre.
Los investigadores pretenden que en este tiempo pueda ser ya accesible para la gente y que se puedan ir sumando nuevas iniciativas. Carmen Mínguez, una de las responsables del proyecto y profesora del Departamento de Geografía de la Universidad Complutense de Madrid, indicó que se puede contactar con ellos a través de https://www.ucm.es/geovacui/ en Internet y @geovacui en Twitter.
Geovisores
En el primer proyecto, el equipo ya confeccionó unos geovisores con datos geográficos que ahora han actualizado, a lo que se ha sumado el Mapa colaborativo de iniciativas de cooperación contra la despoblación en áreas rurales, que está sin cerrar a la espera de que se vayan sumando nuevas iniciativas de grupos y experiencias que contacten con ellos para pasar a formar parte del mismo.
Carmen Mínguez explicó que el Mapa colaborativo pretende ser un repositorio de iniciativas sobre qué cosas se están haciendo en España en las zonas rurales, que están contribuyendo a combatir la despoblación y que están teniendo éxito.
“Es una especie de radiografía de lo que se está haciendo”, comentó Mínguez, quien precisó que al principio se había planteado identificar tanto las que favorecían ese proceso de lucha contra la despoblación, como aquellas que perjudicaban la fijación de población. Al final se ha optado solo por las primeras puesto que con las experiencias positivas sí quiere colaborar la gente, pero no así con las negativas, precisó la geógrafa.
Por un lado se quiere identificar así “todo lo que se está haciendo, que somos conscientes de que se está haciendo mucho, lo que pasa es que se diluye la información”, comentó Mínguez. Suelen ser empresas o pequeñas cooperativas con un impacto muy local y que no tienen una difusión a nivel nacional.
Por otra lado, a través de la divulgación de su existencia se busca, según la investigadora, que “la gente tenga en el medio rural el conocimiento de lo que se está haciendo en sus zonas para generar red, porque a lo mejor sabes lo que se está haciendo en tu comarca pero no en la vecina”.
De esta manera, precisó Mínguez, se pueden desarrollar “sinergias que te ayudan a establecer redes, que es algo estupendo porque permite ahorrar energías y esfuerzos para conseguir más”.
“Conociendo esas iniciativas que favorecen la fijación de población en el medio rural queremos hacer al final una especie de documento de buenas prácticas”, dijo Mínguez, en el que se puedan identificar qué cosas tienen en común todas estas experiencias de éxito. Se tratará de ver quién lleva el liderazgo, a qué sectores están orientadas o si es gente del territorio o de fuera quien las impulsa, para establecer patrones comunes que puedan emularse en otros sitios.
“Eso nos ayuda a establecer un poco una radiografía de qué es lo que está sucediendo en el medio rural”, señaló la profesora de la Universidad Complutense de Madrid. Eso es lo que refleja el Mapa colaborativo y va a ser la gran virtud del mismo, puesto que será de utilidad también para que desde las ciudades se puedan conocer estas iniciativas y acudir a ellas para consumir sus productos sostenibles.
Noticia completa Diario de Teruel. Javier Millán