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La cabra montesa ya asoma por el Parque Nacional de Ordesa

Desde hace unos días el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido recibió a un ejemplar macho de cabra montesa procedente de Francia, que desde el 2014 ha realizado un plan de introducción de la especie con la expansión de un grupo de once ejemplares que han llegado hasta Bujaruelo.

Fue un trabajador de la subdirección provincial de Carreteras que se encargaba de realizar labores de revisión y mantenimiento de la estación meteorológica de Mondarruego quien logró captar la instantánea del ejemplar el 10 de noviembre. Se trata del primer avistamiento en el espacio protegido desde que el 6 de enero de 2000 desapareciera el último bucardo, como recuerda la directora del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, Elena Villagrasa.

“Fue una casualidad visualizarlo durante una grabación panorámica de la zona. Vio que algo que se movía y era una cabra y no tenía nada que ver con el seguimiento de la especie”, describe. Recuerda que en 2021 se contabilizaron 11 individuos de estos ejemplares en Bujaruelo, hay que sumar los 335 del Parque Nacional de los Pirineos franceses, 220 del Parque Natural Regional de los Pirineos del Ariège y entre 40 y 50 en el valle de Arán.

Para la responsable del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, este avistamiento supone “una ampliación de la biodiversidad del espacio ahora que estamos trabajando con fondos verdes para la recuperación de hábitats”.

También ha considerado que “el desafío principal es la vigilancia sanitaria porque son reintroducciones de fuera” de modo que “el control previo y durante el proceso de la introducción” a través de un plan de introducción desde Francia “para que se acepte el proyecto y la especie”.

El agente de protección de la naturaleza, Manuel Grasa, que se encarga de realizar el seguimiento de los ejemplares reintroducidos de la especie Cabra Hispánica de la subespecie Victoriae desde Francia que han llegado a la provincia, recuerda que los tres primeros animales correspondieron a dos hembras ‘Lisa’ y ‘Segola’ acompañadas de un macho ‘Joan’ en parte del nacimiento del río Ara, en el valle de Bujaruelo, que llevan emisores para facilitar su seguimiento y localización, de los que se tiene constancia desde el registro del 18 de febrero del 2015.

Durante los años sucesivos se va incorporando algún macho más “hasta que se conforma “el grupo de once ejemplares actuales, establecidos en la cabecera del río Ara hasta el valle de Ordiso, que está un poco arriba de San Nicolás de Bujaruelo”.

Se trata un recorrido que realizan con las bajadas habituales hasta los valles en invierno y las subidas en verano, en zonas rocosas. “Es el comportamiento normal de todas las cabras que cuando están en época de celo se juntan con los machos y en verano están las hembras con los cabritos”, señala el APN.

Los animales “presentan un buen estado de salud”, indicó Grasa en sus observaciones quien mantiene un estrecho contacto con Francia para realizar el seguimiento de estos animales. “Los ganaderos franceses pusieron como condición que antes de soltar cualquier animal, estuvieran saneados para que no hubiera problemas”, recuerda.

Al situarse en terreno rocoso, las cabras no compiten por el terreno con otros animales. “Lo que no se sabe si una especie de población de cabra podría afectar a plantas catalogadas”, explica Grasa quien matiza que el número de ejemplares por el momento no supone una sobrepoblación.

Los once ejemplares se encuentran en una zona periférica del Parque Nacional dentro de una reserva de caza, “en la que no se puede cazar hasta que se realiza un conteo y hay suficientes ejemplares como para que se puedan abatir”, detalla, por lo que “no se puede cazar ninguno de los ejemplares” ni tampoco dentro del Parque de Ordesa al tratarse de un espacio protegido.

El avistamiento reciente de un ejemplar en Mondarruego, en el Parque Nacional de Ordesa “puede significar que estén pasando ejemplares” procedentes de Francia, añade el APN

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