Tras levantar en 2018 la primera casa pasiva con estructura de madera en Aragón, ubicada en el municipio sobrarbense de Fiscal, la empresa Jesfer vuelve a superarse con la construcción de la casa pasiva que tendrá los máximos estándares de eficiencia y generación de energía renovable. Se localizará en la localidad oscense de Yéqueda y sus obras comenzaron hace unas semanas.
El estándar Passivhaus (casa pasiva) se basa en minimizar el uso de sistemas convencionales de calefacción y refrigeración. Son edificios pensados para aprovechar al máximo la luz y la radiación solar, con un altísimo aislamiento y una renovación y filtrado del aire a través de un sistema de ventilación que recupera el calor.
Para conseguir que una edificación se defina como casa pasiva es fundamental que cumpla cinco principios básicos: excelente aislamiento térmico, ventanas y puertas de altas prestaciones, eliminar los puentes térmicos, ventilación mecánica con recuperación de calor y estanqueidad al aire.
La futura casa pasiva de Yéqueda, calificada como “Passivhaus Premium” por ser del nivel más exigente en cuanto a eficiencia y producción, generará anualmente más de 120 kilovatios por hora y por metro cuadrado (kWh/m²) de energía renovable gracias a la instalación de más de una veintena de placas solares, que permitirán obtener una energía fotovoltaica que superará con creces la demanda de energía primaria, que no debe ser mayor a 30 kWh/m².
De este modo, esta vivienda unifamiliar disfrutará de “un balance energético ampliamente positivo, con posibilidad de ceder los excedentes energéticos”, señalan desde la empresa constructora.
Existen tres tipos de certificación de casas pasivas, en función de su nivel de eficiencia general y de generación de energía renovable: Classic, Plus y Premium.
La primera casa pasiva con estructura de madera que se construyó en Aragón fue en Fiscal y tiene una certificación “classic”, en la que la demanda de energía que utiliza la casa (o sea, la primaria) es de 60 kWh/m² como máximo.
Este tipo de construcción surgió en Alemania en los años 90 y poco a poco se ha ido extendiendo por otros países, incluyendo España. El punto fuerte de las casas pasivas es el ahorro energético, ya que “consumen hasta siete veces menos que una vivienda tradicional”, destacan desde la empresa oscense.
El proyecto de la casa pasiva de Yéqueda ha sido posible gracias a la colaboración de Jesfer con Martinez Bernués Arquitectura y el arquitecto técnico Albert Arpón, y supone un paso más en la trayectoria de la empresa oscense hacia la construcción industrializada, sostenible y de alta eficiencia energética.