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La comunidad se ‘pone las pilas’ para revitalizar el autoconsumo eléctrico

Aragón tiene una oportunidad única para desarrollar comunidades energéticas en su territorio y fomentar el autoconsumo eléctrico. Esta última opción poco a poco se va asentando como una alternativa viable al contrato con una de las grandes compañías del sector y en menos de cinco años se ha pasado de las poco más de 300 personas que optaban por este modelo a las más de 12.000 que existen en la actualidad. Sin embargo, el margen de mejora es exponencial y desde la DGA ya están trabajando en la Oficina de Transformación Comunitaria Aragón Energía Propia, con sedes presenciales en las tres provincias, y que permitirán «fortalecer el sistema de apoyo a los actores interesados, principalmente ciudadanos, pymes y entidades locales para fomentar la creación y desarrollo de comunidades energéticas».

De hecho, este último caso, un modelo colaborativo para el que se suele optar por una organización cooperativista, es al que más le está costando despegar. El responsable del observatorio Energía Común de ECODES, Carlos Pesqué, indica que frente a un autoconsumo individual que va duplicando los kilovatios cada año se encuentran los proyectos colectivos que no llevan el mismo ritmo. «Se ha creado mucho optimismo», manifiesta.

Los datos indican que en Aragón operan 23 comunidades energéticas, lo que implica una presencia en solo el 3% de los municipios de la comunidad. La media estatal, tampoco mucho más elevada, está situada en el 4%. Estas comunidades son «abiertas y voluntarias» y se enfrentan sobre todo a «barreras burocráticas», casi siempre más complicadas de saltar que las técnicas. Además, requieren, según Pesqué, de una «participación activa de los miembros», algo para lo que todavía falta costumbre.

Las oficinas de asesoramiento energético del Gobierno de Aragón pretenden mantener el dinamismo en el autoconsumo en las dos direcciones y estarán gestionadas por Sarga. Cuentan con un presupuesto total de 1.112.500 euros. Desde la Consejería de Economía indican que se ha obtenido una ayuda de 890.000 euros (el 80% del importe total del proyecto) y que desde el Ejecutivo autonómico se aportarán 225.500 euros.

Las sedes presenciales de este servicio estarán ubicadas en las capitales de cada provincia: Zaragoza, Huesca y Teruel (concretamente en las diputaciones provinciales) y dichos espacios estarán dotados «de los recursos y el personal necesario para llevarlos a cabo». En este sentido, desde el departamento indican que en la actualidad se está realizando el proceso de selección de personal para las diferentes oficinas.

Con la intención de fomentar este autoconsumo se trabajará en labores de difusión sobre el concepto y aspectos relacionados con comunidades energéticas (asesoramiento y acompañamiento). Así como en difundir «una visión global de los modelos de gestión y funcionamiento de las comunidades energéticas actuales y emergentes».

Para el responsable de ECODES, este es un momento propicio para apostar por estas asesorías, que no son únicas del Ejecutivo autonómico. La propia entidad de la que forma parte ha promovido una red de desarrollo del autoconsumo colectivo centrado en el medio rural, así como una Escuela de Energía Común que comenzó a funcionar en el mes de marzo y se enmarca en la Oficina de Transformación Comunitaria de la fundación.

En ella se ahonda en los puntos fundamentales para formar una comunidad energética: aspectos jurídicos y de gobernanza, cuestiones técnicas, comunicación, participación, dinamización, financiación y viabilidad económica.

En este contexto desde el Gobierno de Aragón avanzan que el próximo 19 de septiembre se abre el plazo para solicitar las nuevas ayudas para comunidades energéticas dentro del Programa CE IMPLEMENTA del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico. El plazo finaliza el 31 de octubre de 2024.

El barrio Oliver acoge la primera comunidad energética de Zaragoza
El autoconsumo eléctrico tiene gran predicamento en la ciudad de Zaragoza. Edificios vecinales, empresas o colegios cuentan con placas solares en sus tejados para reducir el precio de la factura eléctrica. El propio Ayuntamiento de Zaragoza también está promoviendo una oficina de asesoramiento para impulsar este tipo de iniciativas. Sin embargo, la capital aragonesa no contaba con una comunidad energética cooperativa hasta que se ha puesta en marcha este año la del barrio Oliver.

El proyecto está dirigido a implicar en el cambio de modelo energético a las familias del distrito y tratar de alcanzar un ahorro en las facturas de hasta un 30%. Los socios se concentran en la zona de viviendas sindicales Gabriela Mistral, un conjunto de edificios construidos en los años 50, y la instalación fotovoltaica se encuentra en la cubierta de la parroquia San Pedro Apóstol.

Los promotores indican que a través de esta instalación se proporciona «energía renovable, de proximidad y gratuita» a 56 hogares del barrio, además de a cinco entidades sociales y a la propia parroquia. «La participación es abierta a todo el barrio, sin embargo, se prevé prestar una especial atención a los colectivos más vulnerables», destacan.

También serán beneficiarios directos las personas que acudan a las actividades realizadas desde la oficina de la energía contemplada en la comunidad.

Fuente: El Periódico de Aragón

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