Un equipo de ECODES ha presenciado en primera persona desde Egipto todo lo acontecido en la COP27. Tras un cierre en el tiempo de descuento y un acuerdo de mínimos para mantener vivo el objetivo del 1,5 °C, esta es nuestra primera valoración del Sharm-El-Sheikh Implementation Plan.
Para valorar el resultado de las cumbres del clima hay que entender que el consenso unánime es el método único con el que se construyen los acuerdos. Con ese método, que da a un solo gobierno de un país el derecho de veto, es extremadamente difícil que más de 190 países, con intereses económicos y políticos tan distintos, se pongan de acuerdo. Pero, hasta la fecha, este es la manera en que se funciona en las COP.
En ECODES pensamos que la creación del fondo de pérdidas y daños para atender los crecientes efectos del cambio climático es un acto de justicia y de inteligencia. Es un acto de justicia porque los países vulnerables apenas han contribuido a la generación del problema y, sin embargo, sufren muchos de los daños. Pero también es un acto de inteligencia por parte de los países del Norte, de los países más ricos: nada les interesa más que los países más vulnerables no aseguren un modo de vida básico a su población. Era un tema reiteradamente atrasado y se ha desbloqueado.
Se ha mantenido, sí, el objetivo común de que la temperatura de la Tierra no aumente más de grado y medio, como reiteradamente advierten los científicos del clima para evitar el cambio climático más catastrófico. Pero en esta cumbre, tras un año de eventos climáticos extremos, debería haberse acelerado para lograr que el pico de las emisiones no sobrepase el año 2025 y que se hayan reducido un 45% las emisiones para el año 2030. Lograr ambos objetivos implica mover sobre todo a los grandes emisores. Los compromisos de bastantes países son insuficientes: debemos encontrar fórmulas para “convencer” a los países “gorrones” que no asumen su cuota parte de responsabilidad. ¿Qué coerción global podemos aplicar para que esos países, soberanos, se corresponsabilicen de la tarea común? Esa es la pregunta que deberemos contestar con rapidez si la humanidad quiere llegar con los deberes hechos para el 2030.
La buena noticia es que los pioneros de la acción climática han seguido comprometiéndose en amplias y variadas iniciativas para HACER, yendo más allá del consenso establecido. Los paladines de la COP –también conocidos como High Level Champions– presentaron una relación de estas iniciativas. En la web de la Comunidad #PorElClima –la plataforma multiactor para implementar en España, con ambición, el Acuerdo de París– se puede comprobar cuáles son esos compromisos, quién se ha comprometido y a qué se ha comprometido. También los jóvenes han tenido un papel relevante en esta conferencia: están dispuesto a asumir el liderazgo, y se posicionan como los grandes motores del cambio.
Son dos caminos, el del consenso y el de la acción de los pioneros. Sería suicida que la humanidad fiara un desafío tan enorme a la lentitud ya conocida del consenso. Hay que trabajar sin desmayo para lograr el mayor compromiso a través del consenso. Pero ningún pionero climático debe retrasar un día su acción por el clima por esperar a que todos estén de acuerdo en dar ese paso.
Hemos desperdiciado muchos años. Ahora el tiempo apremia. Desde ECODES vamos a seguir apoyando la negociación multilateral impulsada por Naciones Unidas, de la que las COP representan el hecho más relevante. Pero vamos a seguir también impulsando alianzas de entidades pioneras que no quieren esperar a los últimos de la fila para actuar. El cambio social funciona por imitación. Y ahora hay que realizar un cambio muy intenso en muy poco tiempo. La acción de esos pioneros es fundamental. Todo el mundo debe ejercer su cuota parte de responsabilidad, sin esperar, sin preocuparse de los rezagados, uniendo sus fuerzas a las de otros semejantes que también quieren asumir su cuota parte de responsabilidad. No hay tiempo para el lamento. Es tiempo de coraje y determinación. Es tiempo de actuar.
