La riada ocurrida en Libia el pasado 10 de septiembre en Libia, una riada e inundación que causó más de 6.000 muertos, se produjo por culpa de la crisis climática. Así lo han acreditado los científicos de World Wather Attribution (WWA) en un estudio de atribución que concluye que el calentamiento acelerado del planeta hizo que el suceso fuera 50 veces más probable de ocurrir.
La publicación señala también que el daño de las fuertes lluvias en esta zona del planeta se explican también por las construcciones deficientes y la mala ubicación de estas, así como el deficiente mantenimiento de la presa que colapsó con la tormenta y produjo la riada.
Los científicos han analizado también los impactos de la DANA en otras zonas de la región mediterránea como Grecia, Bulgaria y Turquía. Allí la crisis climática hizo que el temporal fuera hasta diez veces más probable de ocurrir. El análisis demuestra que el calentamiento del planeta generó un 40% más de lluvia de lo normal.
En estas zonas, los científicos también han llegado a la conclusión de que la combinación de la emergencia climática con la planificación urbana de las ciudades afectadas –con construcciones en zonas de riesgo de inundación– han sido un factor determinante en la magnitud de los daños causados por las lluvias.
Los expertos también mencionan el impacto de la DANA en España, aunque no pudieron realizar el análisis de atribución debido a que las precipitaciones se concentraron en un espacio temporal muy corto. Lo que si advierten los expertos es que este tipo de temporales se repetirán en una misma zona del país una vez cada 40 años debido a la crisis climática.
“El Mediterráneo es un foco de peligros provocados por el cambio climático. Después de un verano de devastadoras olas de calor e incendios forestales con una huella muy clara del cambio climático, cuantificar la contribución del calentamiento global a estas inundaciones resultó más difícil. Pero no hay absolutamente ninguna duda de que reducir la vulnerabilidad y aumentar la resiliencia a todo tipo de condiciones climáticas extremas es fundamental para salvar vidas en el futuro”, ha valorado Friederike Otto, profesora titular de ciencia del clima en el Instituto Grantham de Cambio climático y Medio Ambiente del Imperial College London, y una de las autoras del estudio.
El estudio de atribución publicado por WWA fue realizado por 13 científicos de universidades y centros de investigación de Grecia, Países Bajos, Reino Unido y Estados Unidos.