La ONU ha trazado unas líneas rojas para intentar evitar el greenwashing de las empresas o entidades financieras que anuncian pomposos planes de emisiones cero de CO2. Unas directrices contra el blanqueo ecológico como lo han llamado.
Entre las proclamas que el grupo de expertos considera inaceptables están “declararse cero neto si continúan esas empresas invirtiendo o construyendo en proyectos relacionados con los combustibles fósiles”, echar mano de “créditos baratos” en el mercado de emisiones para computar como que han reducido el CO2 que lanzan a la atmósfera –en lugar de recortarlo– ejercer presión en los gobiernos para aguar las políticas climáticas (hacer lobby) o centrarse solo en una parte de sus emisiones en lugar de su volumen total a lo largo de la cadena de valor de sus productos.
“Se trata de reducir las emisiones reales sin hacer trampas”, ha explicado la presidenta de este grupo Catherine Mckenna. Su trabajo ha cuestionado las promesas que carecen de solidez. “Nuestro documento facilita una hoja de ruta crucial para la integridad de los compromisos”, ha insistido.
Estas líneas rojas lo que buscan, en definitiva, es acabar con el falseamiento a la hora de contabilizar cuánto CO2 emiten estas entidades en realidad con su actividad. No vale, por ejemplo, lucir un recorte por haber aislado los edificios de oficina o recurrir a un suministro de renovables al tiempo que se participa en la construcción de un oleoducto que sirve para utilizar más petróleo como combustible fósil.
O comprar derechos de emisión a bajo coste sin acometer directamente las emisiones que una corporación está liberando a la atmósfera para maquillar la contabilidad de CO2.
El informe llega a pedir que se pase de un modelo voluntario a considerar “la obligatoriedad de unos criterios mínimos” para dar un visto bueno a las declaraciones públicas de que una empresa concreta será de cero emisiones netas en un momento determinado. “Pasar de esas iniciativas voluntarias a un marco obligatorio que regule la neutralidad de carbono para las grandes empresas e instituciones financieras”.
Si la industria, las instituciones financieras, ciudades y regiones “realmente cumplen con sus promesas sobre las cero emisiones netas, adoptarán estas recomendaciones”, ha remarcado uno de los expertos que ha participado en este informe, Bill Hare.
La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha animado “a todos aquellos que se han comprometido con objetivos de emisiones netas cero, a adoptar las recomendaciones y así poder demostrar la integridad y seriedad de sus promesas”.
Fuente: ElDiario.es Raúl Rejón