Hace cuatro años, Raúl Mir decidió apostar por la tecnología en el sector primario. Su trayectoria profesional le había permitido conocer las “particularidades” de las comunidades de regantes, a las que ayudaba en materia de ingeniería, gestión interna y solicitudes administrativas, pero quería dar un paso más. Así que, junto a otros técnicos agrícolas de la región, pusieron en marcha la primera sede de Quercus en Monzón.
“Nuestra vocación estaba centrada en dar soluciones medioambientales sostenibles al sector agrícola”, indica Mir, que dio a conocer a los agricultores la plataforma IRRI-COMmunity, sistema de predicción para la gestión eficiente de los recursos hídricos a gran escala.
Para que el plan funcionase, era preciso obtener los máximos datos posibles de las comunidades de regantes. “Era una época difícil, la sequía obligaba a aplicar cupos que reducían a la mitad los turnos de riego. Los regantes necesitaban sacar el máximo partido del agua y nosotros estábamos ahí para ayudarles”, recuerda el técnico.
¿Cómo? Por medio de las nuevas tecnologías. Los técnicos de Quercus analizaban dicha información con Inteligencia Artificial (IA), teledetección o gemelos digitales. También desde el espacio, con los datos analizados por el satélite Sentinel de la Unión Europea. Los resultados no tardaron en llegar.
Ahorro
“Las cifras de ahorro de agua llegaron al 20 e incluso 35 por ciento”, recuerda el técnico de Quercus, que extendió la plataforma por las comunidades de regantes de Aragón con cultivos herbáceos y frutícolas (alfalfa, cebada, vid, frutales…).
Ahora, la plataforma combina tanto la lógica de gestión hidráulica de la infraestructura colectiva de distribución de agua como la de productividad agronómica del agua en los distintos cultivos.
Esta simbiosis en una misma plataforma de las funcionalidades de los regantes y del gestor de la comunidad, allana la coordinación de los diferentes actores, “lo que resulta indispensable para optimizar colectivamente el uso de recursos hídricos, energía y esfuerzo humano”, valoran desde Quercus.
Así, el margen de mejora no está solo en las reservas hídricas, sino que se espera que aporte también un ahorro del 25 % de energía.
“Todo ello, sin incrementar el esfuerzo humano en tareas de supervisión y control, ya que los agricultores nos tienen a su lado para cualquier trámite administrativo”, concluye Mir.