Entre el año 1843 y el 1999 se registraron en el término municipal de Escucha un total de 31 explotaciones con nombre de mujer. Todas ellas tienen un recuerdo desde este sábado en forma de árbol en el que se ha denominado Bosque de las Mujeres de la localidad, que se plantó con ayuda de unos 120 voluntarios. La actividad que se desarrolló gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Escucha, la Asociación de Mujeres Santa Águeda y la Asociación Patrimonio Minero pretendía homenajear el 8M, Día Internacional de la Mujer y, a la vez, profundizar en la historia de la localidad. Por otro lado, buscaba conmemorar el Día Internacional de los Bosques, que será el próximo día 21.
Agustín Sanz especificó que en un principio se buscó una madrina para cada uno de los 31 árboles que se querían plantar, pero finalmente se amplió a varios padrinos debido al interés que despertó la actividad. Así, previamente al acto de siembra los asistentes tuvieron la posibilidad de amadrinar sus árboles y, con ellos, una mina para el recuerdo.
Tras realizar la siembra, se entregó un certificado a los asistentes con su amadrinamiento y se leyó un comunicado resaltando el papel de la mujer y del patrimonio minero de Escucha “como un tándem indivisible”, relató Sanz.
También se mencionó a Elma Palomar, descendiente de Escucha que ha recibido un premio nacional junto con su compañera Liena Vicén, como alumnas del IES Pedro de Luna de Zaragoza, por el cortometraje Octavo piso, en el que se aborda el tema del techo de cristal y la desigualdad de género, con referencia a las dificultades de ascenso laboral al que se ven abocadas las mujeres.
No todas las minas de Escucha llevaban nombre femenino, pero sí una buena parte porque como explica Agustín Sanz Viturí, que forma parte de la Asociación Patrimonio Minero, que es una de las impulsoras de la actividad, de las 80 minas que hay registradas, 31 tienen nomenclatura femenina. El resto llevan nombres de varones o de santos. “No sabemos porqué se llamaban así, si eran en recuerdo de una esposa o una madre. Sí que hay una que se llama Amada porque el propietario fue Amado Martín y pudo ponerle ese nombre en su honor”, dijo.
Registros efímeros
Además, Sanz recuerda que muchos de estos registros fueron efímeros puesto que se explotaron las minas durante muy poco tiempo o pasaron a formar parte de otras minas con más entidad. En muchos casos, sobre todo en las inscripciones realizadas a finales del siglo XIX, eran pequeñas explotaciones.
Además, las minas cambiaban de propiedad y los nuevos dueños en numerosas ocasiones cambiaban también el nombre. Es el ejemplo de la mina Se Verá, ahora convertida en el Museo Minero de Escucha, que se denominó también La Victoria, La Pilar y San Manuel.
La primera de las minas que tuvo un nombre de mujer en la localidad de Escucha fue La Magdalena, registrada en 1843. Uno de los últimos testimonios, en Escucha, de minas con nombres de mujer son el Pozo Pilar, que cerró en 1992 y que llegó a tener una plantilla de 1600 trabajadores.
Con anterioridad, también La Pilar será el nombre de un registro de 1849 o Pilar en 1864. La mina que marcó el cierre de la actividad minera en la localidad, en 2002 fue Trinidad.
Entre los árboles hay desde álamos, morras, carrascas o chopos, todos ellos han sido donados por el Servicio Provincial de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón. Se trata de árboles ya de varios metros de altura, para garantizar así que arraiguen, y se han plantado en una zona que hay detrás del Museo Minero de Escucha, en las inmediaciones de los troncos fosilizados.
La Asociación Patrimonio Minero ha documentado 31 minas con los nombres de Adelina, Amada, AnaBolena, Ángeles, Antonieta, Asunción, Clotilde, Concepción, Concha, Cristina, Eloísa, Ernestina, Francisca, Isabel, Juliana, La Pilar, La Victoria, Leonor, Lola, Lucrecia, Mª Josefa, Magdalena, Manuela, Mariantonia, Montserrat, Paulina, Pilar, Rafaela, Trinidad, Vicenta y Virginia.