En las imágenes, grabadas este fin de semana por unos jóvenes, se ve como estos roedores que pueden llegar a pesar hasta 30 kilos, viven tranquilamente en esta parte alta del río Aragón Subordán a su paso por la localidad de Hecho. Ni la presencia de los niños ha perturbado su trabajo cortando ramas, moviéndolas y construyendo sus presas.
Desde el departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón ya explicaron el año pasado que se ha detectado su presencia en varios afluentes del Aragón: Veral (Ansó), Aragón Subordán (Hecho) y Gas (Jaca). Sin embargo, hasta ahora no se habían dejado ver tan cerca de los núcleos urbanos.
Asimismo, también consta su presencia de castores en otras zonas de la provincia como el Cinca a su paso por Estadilla y Barbastro, en varios tramos del Gállego y en el Alcanadre, a la altura del municipio de Villanueva de Sijena.
Beaver Bombing
Pero si estaban extinguidos, ¿cómo han regresado? Muchos hablan del ‘Beaver bombing’. Se trata de bombardeos deliberados como los que ocurrieron hace más de dos décadas en el Ebro.
No hay cifras aragonesas de población. Pero en Navarra, hablan de más de 500 ejemplares. La presencia del animal, según un folleto publicado por el propio departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, trae beneficios puntuales (diversifica ambientes), pero también provoca daños en las choperas y plantaciones frutales cercanas, sin hablar de los diques a modo de presa que construye en los cauces y que ralentizan el fluir de los ríos.