La basura es el reflejo de nuestro sistema de producción, consumo y distribución. Lo vemos en el caso de la comida, así como en el del plástico u otros residuos sólidos.
La actual crisis de la basura es el espejo de una sociedad basada en una economía lineal, con el estímulo desenfrenado al consumo, a la extracción y uso ilimitado de recursos naturales, además de estar sostenida por la explotación de personas y zonas geográficas concretas, especialmente en el Sur Global.
El dosier no solo se interesa en situar el problema de la basura desde esta perspectiva, sino ir más allá, pensando y proponiendo alternativas a lo que por veces parece ser un callejón sin salida. Cada vez surgen más iniciativas que tratan la gestión de la basura desde otras lógicas. Son iniciativas que no caen en una simple utilización o reutilización de la basura como fuente de negocio y lucro individual, sino que también buscan cuestionar su devaluación e invisibilización en la sociedad. En muchos casos, son prácticas que se enmarcan dentro de la llamada Economía Social y Solidaria (ESS), es decir, prácticas que proponen movernos de una economía basada en la maximización y acumulación hacia otras formas de economía basadas en la cooperación, la justicia social y en la gestión compartida y democrática de los bienes.