Las cumbres del clima (COP) se suceden. L as iniciativas, los acuerdos y los compromisos se acumulan y no es fácil seguir el progreso de las acciones y su ambición para frenar el cambio climático. En la COP26 celebrada en Glasgow en noviembre de 2021 se reafirmó el objetivo 1,5 °C para que el aumento de la temperatura a final de siglo no sobrepase esa cifra, lo que supuso la ratificación de nuevos compromisos de gobiernos, empresas y otras organizaciones. Estos acuerdos abordan la crisis climática desde diversas perspectivas, destacando cuestiones claves como la mitigación a largo plazo, la financiación climática, las actividades de adaptación, las emisiones de metano o la protección de los bosques. Además, la cita también era importante porque, en el marco de desarrollo del Acuerdo de París, los países tenían que presentar sus nuevos objetivos de reducción de emisiones identificados en sus contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC).
Este año, la COP27 se desarrolló en un contexto complejo marcado por el conflicto en Ucrania, la inflación y la crisis energética. La cumbre finalizó lanzando el Implementation Plan SharmElSheikh y salvando en el último momento dos semanas de negociación. El resultado final se ha calificado como poco ambicioso y con poca concreción de medidas para su implementación, retrasando algunas cuestiones a su desarrollo en la COP28.
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