La dana ocurrida el 29 de octubre de 2024 ha marcado el año como el más catastrófico para España en todos los registros, no solo en el periodo observado en el presente Barómetro de Catástrofes (peor año de la serie 2016–2024), sino en los registros históricos de los riesgos extraordinarios cubiertos por el Consorcio de Compensación de Seguros desde su creación en 1954, situando el coste asegurado de las catástrofes para 2024 en 6.335M€. La dana representa cerca del 83% de la factura anual total asegurada por catástrofes naturales, que ha crecido un 160% respecto del año 2023 y ha incrementado un 34,3% el coste promedio anual, pasando de 1.551M€ a 2.080M€ en la última década, siendo el peligro de inundación el de mayor impacto catastrófico en nuestro país.
El evento catastrófico más importante de nuestra historia ha provocado la muerte de 236 víctimas (de las 270 personas fallecidas por fenómenos naturales en España en 2024, según los datos de Protección Civil), y ha elevado el impacto de la factura por catástrofes de este ejercicio a 11.330M€, teniendo en cuenta exclusivamente: el coste asegurado (6.335M€), los costes no asegurados (2.450M€), los costes imputados por first responders (1.231M€) y el impacto sobre el PIB (1.314M€). Ello nos lleva, de conformidad con los datos del Consorcio de Compensación de Seguros, a que los costes asegurados en 2024 han representado un 67% del impacto estimado asegurable total de las catástrofes. La estructura organizativa y experiencia del Consorcio en la gestión de riesgos catastróficos le ha permitido a la entidad la gestión de más de 250.000 expedientes, asumiendo la mayor parte del impacto asegurado, que rondará los 5.000M€ en indemnizaciones que pagará el CCS relacionadas con la dana.
El Informe PERC de Zurich Seguros (Capacidad de Revisión Posterior al Evento de la dana de Valencia), que se presentará en nuestro Simposium de Catástrofes 2025, recoge que los daños materiales ascendieron a más de 20.000M€, incluyendo daños a los sistemas hídricos e infraestructuras públicas por 1.800M€, a viviendas y vehículos por 4.800M€ y 14.000M€ en pérdidas productivas directas e indirectas.
En términos internacionales, 2024 se caracterizó por la ocurrencia de dos importantes huracanes en el Atlántico Norte: el huracán Helene, con un coste económico estimado de 75.000M$ (tercer huracán más costoso en lo que va de siglo) y 243 víctimas humanas; y el Huracán Milton, con un coste económico estimado de 35.000M$. Adicionalmente, en este año se han registrado los mayores eventos catastróficos históricos en Brasil (inundaciones Rio Grande do Sul), Vietnam (Tifón Yagi), Emiratos Árabes (inundaciones de abril) y España (dana de Valencia). El coste económico de las catástrofes ascendió a 368.000M$, un 3,15% inferior a 2023, que, sin embargo, en términos de coste asegurado, con 145.000M$, ha sido un 23% superior a 2023. Esto fue principalmente debido a que las ocurrencias de los huracanes mencionados afectaron principalmente en EEUU, que, debido a la alta penetración del seguro en el país, hizo crecer la factura para el sector asegurador, situando la brecha global de protección en un 60%.
En España, las inundaciones de febrero y marzo y las tormentas de granizo primaverales han dejado un impacto económico estimado de 250M€. Sin embargo, el hecho catastrófico más importante hasta el momento ha sido, un año más, la muy activa temporada de incendios forestales, que con 400mil hectáreas calcinadas es el peor registro de la última década y ha supuesto un incremento del 26% de la superficie quemada respecto al anterior peor registro, alcanzado en 2022.
La lectura de los datos de este Barómetro nos obliga a una profunda reflexión. Ante una realidad donde el riesgo se acelera y se complejiza, y donde los registros históricos son superados año tras año, la respuesta no puede ser estática. En este contexto de desafíos sin precedentes, donde la factura por catástrofes naturales crece y la necesidad de gestión coordinada se vuelve imperativa, hemos constituido la Asociación Cluster Catástrofes, con la convicción -y la experiencia previa- de que solo una acción persistente, organizada y basada en la colaboración público-privada puede mejorar la resiliencia de nuestra sociedad.