El cambio climático se está intensificando, pero el uso y las emisiones de combustibles fósiles siguen alcanzando nuevos máximos.
Las especies se extinguen a un ritmo sin precedentes, pero seguimos destruyendo ecosistemas.
Cada año se producen más de dos mil millones de toneladas de residuos domésticos que causan daños a nivel mundial; sin embargo, se prevé que esta cantidad se duplique para 2050.
A pesar de décadas de advertencias científicas, nuevos extremos negativos aparecen en las noticias casi a diario. Los científicos también nos han dicho qué debemos cambiar: dejar de usar combustibles fósiles, proteger y restaurar los ecosistemas y vivir de forma sostenible.
Sin embargo, estamos avanzando muy poco hacia estos objetivos. Esto nos lleva a preguntarnos: si sabemos lo que debemos hacer, ¿por qué no lo hacemos?
Ediciones anteriores del informe sobre Riesgos de Desastres Interconectados han analizado cómo los desastres que presenciamos están interconectados y qué puntos de inflexión de riesgo alcanzaremos si la humanidad continúa debilitando los sistemas de los que todos dependemos. La edición de este año busca retomar el hilo de las ediciones anteriores, planteando la pregunta central que muchos se plantean: ¿cómo podemos cambiar de rumbo?
Para ello, analiza cinco cambios fundamentales necesarios para marcar la diferencia:
1. Repensar los residuos: De la basura al tesoro
2. Reconectar con la naturaleza: De la separación a la armonía
3. Reconsiderar la responsabilidad: Del yo al nosotros
4. Reimaginar el futuro: De segundos a siglos
5. Redefinir el valor: De la riqueza económica a la salud planetaria
El informe de este año, “Cambiando de página“, analiza cómo podría ser el mundo si implementamos estos cambios y qué nos impide hacerlo.
