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Recursos de Educación Ambiental

Ciencia para las políticas públicas. La resistencia de las bacterias a los antibióticos

Documentación
Año
2023
Autoría
Mercado, A. (coordinador)
Formato
Pdf descargable
Idioma
Español
Edita
CSIC
Temas
Capital natural, naturaleza y biodiversidad
Consumo responsable y economía circular
Contaminación ambiental. Desastres naturales
Educación, comunicación y formación ambiental
Investigación y ciencia
Medio Ambiente y sostenibilidad social, económica y ambiental
Salud y Medio Ambiente
ODS Relacionado
03. Salud y bienestar
11. Ciudades y comunidades sostenibles
12. Producción y consumo responsables
17. Alianzas para lograr los objetivos

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E l CSIC tiene entre sus funciones la de informar, asistir y asesorar en materia de ciencia y tecnología a entidades públicas y privadas, según recoge el artículo 5 de su Estatuto. Enmarcado en esta función, el informe La resistencia de las bacterias a los antibióticos, de la colección Ciencia para las Políticas Públicas, se presenta como un documento dirigido a administraciones y a la sociedad en general. Así, explica conceptos básicos sobre la creciente resistencia de las bacterias a los antibióticos, enumera los principales impactos en los ecosistemas y desgrana algunas de las líneas de investigación más destacadas de la institución sobre el comportamiento de las bacterias multirresistentes y los tratamientos más innovadores.

Los antibióticos representan uno de los descubrimientos más revolucionarios de la historia de la humanidad. Estos compuestos sentaron los cimientos de la medicina moderna, permitiendo no solo curar infecciones que antes eran letales, sino también realizar intervenciones nuevas y transformadoras, como cirugías invasivas, trasplantes o quimioterapia inmunosupresora. Por desgracia, el uso excesivo de antibióticos ha causado un aumento espectacular de resistencias en las bacterias, lo que se ha convertido en una de las amenazas más urgentes para la salud pública a las que se enfrenta la sociedad actual.
De hecho, las organizaciones sanitarias internacionales más relevantes, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros Norteamericanos y Europeos para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC y ECDC), así como las principales instituciones políticas y económicas (las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional y el Foro Económico Mundial), sitúan la resistencia antimicrobiana como uno de los principales riesgos para las sociedades modernas.
En Europa, las bacterias resistentes a los antibióticos son responsables de decenas de miles de muertes cada año y, en todo el mundo, más de un millón de muertes fueron directamente atribuibles a la resistencia bacteriana en 2019. Las predicciones para la resistencia a los antibióticos no son optimistas; estudios recientes indican que en pocas décadas las infecciones por resistencia a antibióticos podrían convertirse en la primera causa de muerte en todo el mundo y, además, producirán pérdidas anuales de entre 2000 y 6000 millones de euros derivadas de gastos de hospitalización y de pérdida de horas de trabajo.
Por su parte, aunque menos frecuentes, las enfermedades producidas por otros microorganismos como los hongos y los parásitos también suponen una considerable carga para los sistemas de salud. Estudios recientes estiman en más de 7000 millones de dólares anuales los costes derivados de infecciones fúngicas. Si bien las infecciones fúngicas transmitidas entre individuos son raras, la resistencia a antifúngicos puede desarrollarse y transmitirse entre personas susceptibles, así como en el entorno agrícola.

La resistencia de las bacterias a los antibióticos es una de las mayores amenazas no solo para la salud global, sino también para la seguridad alimentaria y el desarrollo en general, según alerta la Organización Mundial de la Salud a través de su plan de acción contra la resistencia a los antibióticos. Aunque see trata de una amenaza mucho mayor que la pandemia de COVID-19, al no ocurrir de manera tan explosiva como esta, corre el peligro de pasar desapercibida; y por este motivo ya ha sido bautizada con el nombre de pandemia silenciosa.
La OMS alerta de que, sin una acción urgente, el mundo se dirige a una era posantibiótica en la que infecciones bacterianas comunes adquiridas por contagio o por pequeñas heridas podrían volver a ser mortales, sin que en este caso se pueda recurrir a estos medicamentos, y poniendo así en jaque todos los avances de la medicina moderna.