Las nuevas reglas del juego: cómo puede el mundo del deporte desempeñar su papel en favor de la naturaleza
Nuestro planeta se está quedando sin aliento como consecuencia de nuestros patrones de producción y consumo no sostenibles, los cuales impulsan la pérdida de diversidad biológica, la contaminación y el cambio climático. Es necesario adoptar medidas urgentes para conservar y restaurar el medio ambiente y ofrecer así un entorno más saludable para las personas y el planeta.
El deporte al aire libre nos conecta con la salud de nuestros cuerpos, así como con la de nuestro entorno natural: desde el aire que respiramos hasta el clima en el que entrenamos; desde el paisaje por el que nos movemos hasta la calidad de los alimentos que utilizamos para nutrir nuestro cuerpo. El deporte tiene una gran dependencia de la naturaleza y está muy vinculado a ella, por lo que nos une al recordarnos que todos desempeñamos un papel a la hora de contribuir a la creación de unas condiciones que estén en armonía con la naturaleza.
El deporte es un vector de acción positiva para la naturaleza sin precedentes, gracias a su gran número de jugadores y aficionados, así como al gran espacio que ocupa. Por ofrecer un poco de perspectiva, se calcula que en todo el mundo juegan al fútbol 265 millones de participantes en 5.735 estadios de fútbol, y se estima que 5.000 millones de personas se consideran aficionados. Por poner otro ejemplo, existen 6.112 estaciones de esquí al aire libre, las cuales utilizan unos 400 millones de personas y tienen una longitud de pistas total de 60.212 km, casi ocho veces mayor que el río Amazonas.
El Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz, celebrado el 6 de abril de 2021, el Secretario General de las Naciones Unidas nos recordó lo siguiente: “Quienes participan en el ámbito del deporte también tienen responsabilidades: reducir su huella ambiental; cumplir las normas internacionales del trabajo; luchar contra la discriminación y los prejuicios de todo tipo; rechazar la corrupción; y velar por que los grandes acontecimientos mundiales, como la Copa Mundial de la FIFA y los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, que reúnen al mundo, dejen un legado positivo”.
En apoyo al Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas, este informe es una oferta y un recurso para que las organizaciones deportivas se replanteen su relación con la naturaleza, y una llamada a la acción para participar en el movimiento del Decenio de las Naciones Unidas en favor de las personas y el planeta. Ya se han puesto en marcha diversas medidas, como la inversión del Comité Olímpico Internacional en un nuevo bosque olímpico que formará parte de la Gran Muralla Verde de África, pero siempre podemos hacer más.
Para comprender mejor el lugar que ocupa actualmente el deporte en la naturaleza y el papel que podría desempeñar para protegerla, 109 organizaciones deportivas de 48 países y 30 deportes diferentes participaron en una encuesta en línea, lo que abrió el camino a nuevas y significativas asociaciones con y para el deporte, para actuar en favor de la naturaleza.
El informe demuestra que el deporte puede ser un asociado fundamental para el cambio. En él se resalta la urgencia y la dependencia que tiene el deporte de la naturaleza, y se muestran las oportunidades que ya están en marcha, con orientaciones y estudios de casos para inspirar e innovar. Asimismo, se muestra que el deporte puede avanzar favorablemente mediante la creación de una comunidad de mejores prácticas y el establecimiento de una línea de base para que las organizaciones deportivas colaboren para adaptar sus juegos a un futuro más verde.
El deporte requiere intrínsecamente dedicación, trabajo en equipo, sinergia y colaboración; ha llegado el momento de expandir estos valores a nuestra relación con el mundo natural. Que las páginas de este informe les inspiren a agrupar el deporte y la naturaleza en el mismo equipo.
