A medida que nos adentramos en la recta final de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, observamos una profunda disrupción y una creciente complejidad en todo el mundo. El cambio climático visible, la agitación tecnológica, la fragmentación geopolítica, junto con los conflictos en Ucrania y otros lugares, están poniendo a prueba los cimientos de la cooperación internacional y la resiliencia nacional.
Esto ha situado la seguridad, la preparación y la competitividad en un primer plano de la agenda estratégica europea. Como demuestra este informe, cada una de estas prioridades está entrelazada con la sostenibilidad ambiental. A pesar de la ambición transformadora del Pacto Verde Europeo, que representó un cambio de paradigma en la legislación ambiental y los marcos de políticas, las tendencias subyacentes de sostenibilidad se mantienen prácticamente inalteradas.
El margen para una acción significativa se está reduciendo y las consecuencias del retraso se están volviendo más tangibles. Nos estamos acercando a puntos de inflexión, no solo en los ecosistemas, sino también en los sistemas sociales y económicos que sustentan nuestras sociedades. Cumplir las ambiciones del Pacto Verde Europeo requiere no solo voluntad política, sino también capacidad institucional, participación social y un compromiso con la toma de decisiones basada en la evidencia. Europa necesita respuestas integradas que reflejen la interconexión entre el clima, el medio ambiente, la economía, la salud y la seguridad.”
A pesar de la ambición transformadora del Pacto Verde Europeo, que representó un cambio de paradigma en la legislación ambiental y los marcos de políticas, las tendencias subyacentes de sostenibilidad se mantienen prácticamente inalteradas. El margen para una acción significativa se está reduciendo y las consecuencias del retraso se están volviendo más tangibles. Nos estamos acercando a puntos de inflexión, no solo en los ecosistemas, sino también en los sistemas sociales y económicos que sustentan nuestras sociedades.
Cumplir las ambiciones del Pacto Verde Europeo requiere no solo voluntad política, sino también capacidad institucional, participación social y un compromiso con la toma de decisiones basada en la evidencia. Europa necesita respuestas integradas que reflejen la interconexión entre el clima, el medio ambiente, la economía, la salud y la seguridad.
En una época de creciente desinformación, verdades alternativas y una menor confianza en las autoridades públicas, los datos científicos, el conocimiento y la monitorización son más vitales que nunca para seguir el progreso, identificar lagunas y orientar las correcciones.
El Informe Medio Ambiente de Europa 2025 refleja esta necesidad. Ofrece una evaluación exhaustiva del estado y las perspectivas ambientales de Europa, con una nueva estructura y enfoque que responde a las realidades actuales.
Esta séptima edición es el resultado de una estrecha colaboración con los 38 países miembros de la AEMA. Agradecemos las contribuciones de nuestra red de países Eionet y de los Centros Temáticos Europeos; juntos, nos encontramos en una posición privilegiada para ofrecer conocimiento fiable y paneuropeo. También agradecemos a las numerosas partes interesadas que colaboraron con nosotros a lo largo de este proceso, enriqueciendo el informe con diversas perspectivas y experiencia.
Esperamos que el Informe Medio Ambiente de Europa 2025 llegue a su público y tenga eco en él: responsables políticos de la UE, actores nacionales y regionales, sociedad civil y ciudadanía. En estos tiempos de incertidumbre, debería servir como una sólida base de conocimiento y un catalizador para la acción urgente necesaria para acercarnos a nuestra visión compartida: vivir bien, dentro de los límites de nuestro planeta. El futuro está en nuestras manos.