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Recursos de Educación Ambiental

Empoderadas. Mujeres del Comercio Justo

Documentación
Año
2022
Autoría
Coordinadora Estatal de Comercio Justo
Formato
Pdf descargable
Idioma
Español
Edita
Coordinadora Estatal de Comercio Justo
Temas
Capital natural, naturaleza y biodiversidad
Consumo responsable y economía circular
Desarrollo rural. Agricultura, ganadería y sector forestal
Medio Ambiente y sostenibilidad social, económica y ambiental
Participación, capacitación y empoderamiento de la población
Salud y Medio Ambiente
ODS Relacionado
01. Fin de la pobreza
02. Hambre cero
03. Salud y bienestar
04. Educación de calidad
05. Igualdad de género
08. Trabajo decente y crecimiento económico
10. Reducción de las desigualdades
11. Ciudades y comunidades sostenibles
12. Producción y consumo responsables
16. Paz, justicia e instituciones sólidas
17. Alianzas para lograr los objetivos

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A pesar de los avances logrados, todavía hoy las mujeres y las niñas siguen sufriendo la discriminación y la violencia en todos los lugares del mundo. Los cambios se van produciendo pero de manera lenta, demasiado lenta para la injusta realidad que millones de mujeres sufren a diario. Analizando con detenimiento los datos económicos, sociales, laborales y de desarrollo humano procedentes de organismos internacionales, comprobamos que la desigualdad de género es un hecho indiscutible.

Y lo es a pesar de que, al menos en el plano legal, 185 países tienen la igualdad de género incorporada en sus constituciones y 187 países han firmado la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (según ONU Mujeres). Sin embargo, existe una enorme brecha entre las legislaciones y la realidad social.

Pero incluso en el aspecto legislativo, todavía a día de hoy, en 18 países los maridos pueden impedir legalmente que las esposas trabajen; en 39 países las hijas y los hijos no tienen los mismos derechos hereditarios, y 49 países carecen de leyes que protejan a las mujeres de la violencia en el hogar.

Pobreza y desigualdad laboral

La pobreza económica afecta más a las mujeres. Los datos así lo corroboran. Según ONU Mujeres, a nivel mundial, hay 122 mujeres de entre 25 y 34 años viviendo en condiciones de pobreza extrema por cada 100 hombres del mismo rango de edad. Y otra cifra significativa: Las mujeres tienen hasta 11 puntos porcentuales más de probabilidad de padecer inseguridad alimentaria.

Un dato relacionado con esta realidad es el de la posesión de tierras. Se calcula que las mujeres propietarias de terrenos son solo el 13%. Sin embargo constituyen aproximadamente el 43% de la mano de obra agrícola de los países en desarrollo. El hecho de que la propiedad de las tierras siga estando mayoritariamente en manos de los hombres tiene múltiples consecuencias para las mujeres: menor independencia y autonomía, menor participación socioeconómica en cooperativas o grupos productivos, mayor inseguridad alimentaria, vulnerabilidad económica y pobreza.

En el ámbito laboral, las mujeres viven una situación de discriminación y desigualdad generalizadas en todo el mundo, aunque hay diferencias entre regiones. En la mayoría de los países, las mujeres a menudo ocupan empleos infravalorados y mal remunerados y tienen más dificultades de acceder a la educación, la formación profesional o a oportunidades de trabajo. Su poder de negociación y toma de decisiones es limitado.

La Organización Internacional del Trabajo concluye que a nivel global, la disparidad de la participación en el mercado laboral entre hombres y mujeres ha disminuido desde 1995, pero de forma muy tímida. En la actualidad, alrededor del 50% del total de mujeres trabaja, frente al 77% de los hombres. En 1995, estas cifras eran del 52% y el 80% respectivamente.

La posibilidad de ocupar un puesto de trabajo es, en general, más difícil para las mujeres que para los hombres, particularmente en determinadas regiones del planeta. En el norte de África, por ejemplo, las mujeres solo acceden a menos de 1 de cada 5 empleos remunerados en el sector no agrícola. En Asia, de media, las mujeres tienen un 70% menos de probabilidades que los hombres de incorporarse a la fuerza laboral, una brecha que persiste a pesar del crecimiento económico, la disminución de las tasas de fertilidad y un mayor nivel de educación.

Y otro de los datos que revela la discriminación de las mujeres en el trabajo, es la diferencia salarial. Naciones Unidas calcula que de media ellas ganan un 23% menos que ellos. O dicho de otra manera: las mujeres ganan 77 céntimos por cada dólar que ganan los hombres haciendo el mismo trabajo.

Sin embargo, en cuanto al trabajo doméstico y de cuidados no remunerados, las mujeres son quienes siguen cargando con la mayor parte de esta responsabilidad. Según Naciones Unidas, las mujeres dedican 2,6 veces más tiempo a estas tareas que los hombres.

Y otro dato muy clarificador: en los hogares que no cuentan con acceso al agua corriente, las responsables de recoger el agua en el 80% de los casos son las mujeres y las niñas.

Asimismo, en esta descripción de la realidad laboral de las mujeres, no podemos olvidar un asunto de especial relevancia como es el de la cobertura por maternidad o en periodo de lactancia. Si bien son aspectos que han mejorado en las últimas décadas, todavía muchas mujeres están excluidas de este derecho fundamental. A nivel mundial, ONU Mujeres destaca que el porcentaje de países que ofrecen 14 semanas o más de licencia por maternidad ha aumentado del 38% al 51%. Pero, todavía, más de 800 millones de trabajadoras, es decir, el 41% de todas las mujeres, aún no tienen una cobertura adecuada de la maternidad.

Por último, en relación con la representación femenina en los ámbitos de poder político y de toma de decisiones, alcanzar la paridad está lejos. A pesar de los avances, su participación en los parlamentos nacionales no llega al 24%, y solo el 7% de las jefaturas de Estado en todo el mundo están ocupadas por mujeres. En el ámbito económico y empresarial la realidad es similar: las mujeres sólo ocupan el 12% de los puestos de las juntas directivas en empresas de todo el mundo y el 24% en la alta dirección.

Se necesitan acciones comprometidas y firmes

Ante estos datos —que constituyen solo una parte de la fotografía de la situación de las mujeres en el mundo— sobra decir que es necesaria una acción firme y comprometida desde todos los ámbitos. Porque esta realidad injusta no va a cambiar sola. Es necesario propiciar el cambio con medidas políticas, sociales, educativas e inversión económica.

De lo contrario, la previsión del Foro Económico Mundial es que se tardarán 100 años en cerrar la brecha económica y política de género, y otros 217 años en que las mujeres ganen tanto como los hombres y estén igualmente representadas en los puestos de trabajo. No podemos esperar tanto. La igualdad entre los géneros no solo es un derecho humano fundamental, sino que además constituye la base necesaria para avanzar hacia un mundo sostenible y próspero para todos y todas.

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