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Recursos de Educación Ambiental

Guía para la defensa de la naturaleza

Documentación
Año
2022
Autoría
Comisión Europea
Formato
Pdf descargable
Idioma
Español
Edita
Comisión Europea
Temas
Capital natural, naturaleza y biodiversidad
Cambio climático y cambio global
Consumo responsable y economía circular
Contaminación ambiental. Desastres naturales
Investigación y ciencia
Medio Ambiente y sostenibilidad social, económica y ambiental
Salud y Medio Ambiente
ODS Relacionado
13. Acción por el clima
02. Hambre cero
09. Industria, innovación e infraestructura
14. Vida submarina
15. Vida de ecosistemas terrestres
16. Paz, justicia e instituciones sólidas
17. Alianzas para lograr los objetivos

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La biodiversidad terrestre y marina hace referencia a la variedad de vida que existe en la Tierra. Esta red de seres vivos constituye el tejido de la vida, limpia el agua que bebemos, poliniza nuestros cultivos, purifica el aire que respiramos, regula el clima, mantiene nuestros suelos fértiles y nos aporta medicinas, así como gran parte de los pilares de nuestra industria. Los ecosistemas terrestres y marinos proporcionan servicios esenciales para mantener el sistema en el que se sustenta nuestra vida. Si destruimos la biodiversidad, destruimos este sistema y, por tanto, estamos tirando piedras sobre nuestro propio tejado.

Los ecosistemas dañados son frágiles y tienen una capacidad limitada para lidiar con fenómenos extremos y nuevas enfermedades. En cambio, si están equilibrados, nos protegen de catástrofes imprevistas y, si nos servimos de ellos de un modo sostenible, nos ofrecen las mejores soluciones ante desafíos urgentes. Si cuidamos mejor de la naturaleza, podemos mitigar el cambio climático y adaptarnos a él, en muchos casos, a muy bajo coste.

Los océanos son un factor clave para la vida en la Tierra: producen el 50 % del oxígeno de la atmósfera y absorben en torno al 25 % de las emisiones antropogénicas de dióxido de carbono y el 90 % del exceso de calor del sistema climático, además de regular el clima global.

Necesitamos ecosistemas saludables y biodiversidad por muchos motivos. Además de su valor intrínseco y de otros aspectos no materiales, como el enriquecimiento espiritual y el valor estético, los ecosistemas son la base de todas las economías y sociedades. Más de la mitad de la producción mundial depende de la naturaleza y los servicios que esta presta. Se estima que el 70 % de las personas pobres del mundo dependen directamente de las especies silvestres para satisfacer sus necesidades diarias de alimento, energía y medicinas.

El declive mundial de la biodiversidad plantea riesgos esenciales para el bienestar de las personas. Pone en peligro la seguridad alimentaria y del agua y nuestra salud física y mental, debilita nuestras economías, menoscaba la resiliencia ante catástrofes naturales, aumenta el riesgo de conflictos, agrava la crisis climática y degrada la belleza del mundo natural que compartimos con todos los seres vivos. Estos efectos se dejarán sentir antes y más intensamente entre los más vulnerables.

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