Este 2023 presentamos un nuevo Informe de Progreso, el cuarto en menos de cuatro años, en el que examinamos el cumplimiento de la Agenda 2030 en nuestro país. Este documento se ha convertido en un gran ejercicio de rendición de cuentas a través del que la ciudadanía puede examinar los avances conseguidos cada año y los retos pendientes.
Próximamente se cumplirán ocho años desde que 193 países, en el marco de las Naciones Unidas, firmaron esta hoja de ruta hacia un futuro más justo, más sostenible y más próspero para todos y todas. Durante los últimos años, España ha hecho avances significativos en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, además de darle un nuevo impulso con la aprobación de la Estrategia de Desarrollo Sostenible en 2021.
Este Informe de Progreso nos permite analizar los efectos de las políticas públicas puestas en marcha. Durante los últimos años se han desplegado medidas de ampliación de la protección de la ciudadanía sin precedentes en nuestro país, conocidas como el Escudo Social, que han permitido amortiguar parte del golpe causado por las sucesivas crisis. Tal y como se refleja en estas páginas, a finales de 2022 la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social (tasa AROPE) se había reducido a niveles inferiores a 2019 y los indicadores principales de desigualdad indican un descenso, a pesar de las consecuencias de la pandemia y del contexto internacional.
Además, políticas como la creación y mejora del Ingreso Mínimo Vital, la histórica financiación en dependencia, la reforma de las pensiones o la subida del Salario Mínimo Interprofesional han contribuido a avanzar en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, como también lo han hecho el aumento de inversión en sanidad, en educación o la lucha contra la pobreza infantil a través del Plan de Acción de la Garantía Infantil Europea. Del mismo modo, la aprobación de la ley de vivienda nos ha permitido ahondar en ámbitos que precisaban de acciones urgentes por parte de las instituciones, avanzando en la protección del derecho a una vivienda digna.
Durante los últimos años, también se ha contribuido a enterrar la falsa disyuntiva entre ecología y economía. El informe nos sugiere no solo que no son cuestiones opuestas, sino que deben ir necesariamente de la mano. La apuesta por las energías renovables, combinada con medidas de fuerte carácter social como los descuentos en el transporte público, han permitido avances en los objetivos relacionados con la respuesta a la emergencia climática y ambiental, cuyas consecuencias son cada vez más evidentes en nuestro país.
En cuanto a los progresos, destaca también de forma muy clara la ampliación de los derechos feministas, gracias a la ley de libertad sexual o la ley de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo. Nuestro país también es una referencia en derechos LGTBI gracias a avances como la Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, que ha situado a España a la vanguardia internacional.
Aunque los progresos son significativos, los retos todavía son muchos y debemos seguir profundizando en los ODS sin complacencia y con ambición. Por eso, este informe incluye, también, un capítulo sobre los retos para el futuro. Solo quedan siete años, menos de la mitad del plazo, para lograr cumplir las metas. Necesitamos desplegar las herramientas para que el derecho a la vivienda sea efectivo en todo nuestro país, lograr una fiscalidad justa que luche contra la desigualdad, fortalecer más los servicios públicos, reforzar la protección social a la infancia o desarrollar un sistema de cuidados público, fuerte y de calidad. También debemos profundizar y tomar medidas más decididas en la lucha contra la emergencia climática y redoblar los esfuerzos diplomáticos para alcanzar la paz en Ucrania. Necesitamos, en definitiva, no solo seguir avanzando sino hacerlo más rápido y llegando más lejos.
Por último, quiero agradecer la labor del conjunto del Gobierno de España, de las comunidades autónomas, de las entidades locales, de la sociedad civil, del sector privado, de la academia y de todos los actores que, un año más, han vuelto a poner todo su esfuerzo para avanzar en la consecución de la Agenda 2030. Su trabajo es fundamental y son imprescindibles en el camino que tenemos por delante. Son el ejemplo de que los grandes objetivos se alcanzan siempre en común.
Frente a la amenaza de futuros regresivos y distópicos, la Agenda 2030 es el mejor instrumento para construir un mundo mejor. Defendámosla, reivindiquémosla y hagámosla realidad.
