En el Pacto Verde Europeo, la transición energética ocupa un lugar central entre los esfuerzos por alcanzar la neutralidad climática en 2050 y combatir la polución y la pérdida de biodiversidad. El logro de estos objetivos exige un aumento del uso sostenible de energías renovables. La energía renovable marina es una de estas fuentes, y se prevé que contribuya sustancialmente al cumplimiento de los objetivos del Pacto Verde Europeo.
En 2020, la Comisión adoptó su estrategia para apoyar el desarrollo sostenible de la energía renovable marina. Sus objetivos abarcan los retos a largo plazo, como la necesidad de planificar la ordenación del espacio marítimo, mejorar la cooperación regional y la necesidad de proteger el medio ambiente. La estrategia contiene objetivos específicos relativos a la capacidad futura de energía renovable marina. Los Estados miembros establecen sus políticas decenales de clima y energía en los planes nacionales de energía y clima, que elaboraron por primera vez en 2020, y en 2024 deberán presentar su plan actualizado.
El presente informe examina principalmente si el desarrollo de la energía renovable marina es sostenible en la UE. Evaluamos las acciones de la Comisión en apoyo del sector marítimo, la contribución de los planes nacionales a la consecución de los objetivos en el ámbito de la UE y si los fondos de la UE han servido para financiar eficazmente el desarrollo de la energía renovable marina. Estudiamos la función que tiene la ordenación del espacio marítimo, haciendo hincapié en la concurrencia de diferentes usuarios del mar y en la cooperación entre los Estados miembros. También examinamos el método de los Estados miembros y la Comisión para evaluar y abordar las consecuencias sociales y medioambientales. La auditoría abarca la evolución de la política antes y después de adoptarse la estrategia de la UE sobre energía renovable marina. En nuestro análisis de los proyectos financiados por la UE, seleccionamos una serie de proyectos financiados entre 2007 y 2022.
Nuestra auditoría aporta información sobre las medidas adoptadas por la Comisión y los cuatro Estados miembros seleccionados para apoyar el desarrollo de la energía renovable marina. Las constataciones de nuestra auditoría tienen por objeto contribuir a la actualización de los planes nacionales de energía y clima.
En general, concluimos que las acciones de la UE, entre las que se cuenta su financiación, han contribuido al desarrollo de la energía renovable marina, en particular la eólica marina. Sin embargo, los objetivos son ambiciosos y alcanzarlos puede resultar una tarea ardua. Además, sigue siendo un reto garantizar la sostenibilidad social y medioambiental del desarrollo de la energía renovable marina.
La Estrategia de la UE sobre energía renovable marina fijó los objetivos para este tipo de fuentes en un nivel ambicioso de 61 GW de capacidad instalada para 2030 y 340 GW para 2050. Tres de los cuatro Estados miembros fiscalizados preveían un despliegue a gran escala de energía renovable marina y tenían previsto contribuir significativamente a los objetivos en el ámbito de la UE, pero las tasas anuales de despliegue tendrán que aumentar significativamente, y el reciente aumento de la inflación puede ralentizar el desarrollo de la energía eólica marina. Hasta 2030 no se espera una comercialización generalizada de la energía oceánica que, muy probablemente, contribuirá de manera marginal a los objetivos de energías renovables para ese año.
La ordenación del espacio marítimo es un medio necesario para destinar el espacio marítimo a usos diferentes, mientras se minimizan las repercusiones medioambientales negativas. La Comisión apoyó activamente a las autoridades nacionales en la ordenación del espacio marítimo en el contexto del desarrollo de la energía renovable marina. Constatamos que, si bien se fomenta el concepto de utilización conjunta del espacio marítimo, la convivencia de diferentes sectores con la actividad de las energías renovables marinas no es todavía una práctica común: en particular, el conflicto pendiente con la pesca en algunos países deberá abordarse mejor.
Los Estados miembros que comparten las mismas aguas se consultan mutuamente con el fin de elaborar sus planes de ordenación marítima, pero rara vez han aprovechado esta oportunidad para planificar proyectos comunes de energía renovable marina, perdiendo la ocasión de hacer un uso más eficiente del escaso espacio marítimo. Los procedimientos de concesión de permisos y su duración varían significativamente entre los Estados miembros auditados y pueden ralentizar el despliegue de la energía renovable marina. El ritmo de desarrollo también está sujeto a la disponibilidad de las materias primas necesarias para el despliegue de tecnologías en alta mar, de las que la UE depende en gran medida de terceros países, especialmente China.
No se han estudiado con suficiente profundidad las implicaciones socioeconómicas del desarrollo de las energías renovables marinas, por ejemplo, en cuanto a la necesidad de capacidades. Del mismo modo, aún deben reconocerse numerosos aspectos medioambientales relacionados con el despliegue previsto de energías renovables marinas y, dada la magnitud de este despliegue en los próximos años, puede dejar una importante huella ambiental sobre la vida marina.
En este contexto, recomendamos una serie de medidas destinadas a impulsar el desarrollo de la energía renovable marina garantizando al mismo tiempo la sostenibilidad social y medioambiental.
