En la actualidad, la gestión sostenible de los recursos hídricos se ha convertido en una prioridad para empresas e inversores que buscan alinear sus operaciones con los principios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés). La creciente preocupación sobre los riesgos asociados con la escasez de agua y el cambio climático ha llevado a la adopción de prácticas más responsables en el uso y gestión del agua.
El sector empresarial ha comenzado a reconocer la importancia de medir, reducir y compensar la huella hídrica como parte de sus estrategias ESG. La huella hídrica se refiere a la cantidad total de agua utilizada directa e indirectamente por una organización, considerando tanto el agua consumida como la contaminada durante todas las etapas de su cadena de valor.
Los inversores y stakeholders, cada vez más conscientes de los riesgos ambientales y sociales, exigen a las empresas una transparencia y rendición de cuentas más estrictas en relación con sus prácticas hídricas. En este contexto, surge la necesidad de desarrollar proyectos de compensación de huella hídrica que no solo mitiguen el impacto negativo del uso del agua, sino que también se alineen con los criterios ESG para promover la sostenibilidad y la responsabilidad corporativa.
Estos proyectos buscan no solo reducir la huella hídrica asociada con el consumo de agua, sino también abordar los aspectos sociales y de gobernanza relacionados con la gestión sostenible del recurso. Por lo tanto, la implementación de proyectos de compensación de huella hídrica se convierte en una herramienta estratégica para demostrar un compromiso genuino con la gestión sostenible del agua. Los proyectos de compensación pueden incluir iniciativas como la restauración de cuencas hidrográficas, la implementación de tecnologías eficientes en el uso del agua y la promoción de prácticas agrícolas sostenibles. Estos proyectos no solo buscan mitigar los impactos negativos, sino también contribuir positivamente al entorno local y global, alineándose así con los criterios ESG y fomentando la creación de valor compartido.
En el contexto actual de creciente escasez de recursos hídricos y deterioro ambiental, es fundamental desarrollar un modelo holístico para la compensación de la huella hídrica. Este enfoque integral no solo aborda la cuantificación y mitigación del impacto hídrico, sino que también promueve la gestión sostenible del agua a través de la colaboración entre diversos actores, incluyendo administraciones públicas, organismos de cuenca, industrias, centros de investigación y entidades sociales.