El cambio climático es uno de los retos globales más importantes de nuestro tiempo, con implicaciones para el bienestar actual y sobre todo el de las generaciones futuras, que exige una actuación inmediata para evitar el coste inasumible de una transición desordenada. Numerosos análisis muestran que la inacción conduce a un escenario de transición desordenada con mayores costes totales que otros escenarios en los que se adoptan medidas, con un impacto muy significativo en términos medioambientales, económicos y también financieros.
En España los costes derivados de los distintos escenarios se han cuantificado en un ejercicio de colaboración de distintas autoridades públicas en el Informe bienal de riesgos del Cambio Climático para el Sistema Financiero.
Estos análisis demuestran que invertir en una transición ordenada resulta óptimo desde un punto de vista económico, financiero y medioambiental, al minimizar los costes totales incurridos. Además, los riesgos físicos derivados del incremento de la recurrencia e intensidad de eventos climáticos adversos se materializan en la destrucción de recursos y en la reducción de actividad económica estructural, con un impacto negativo en el crecimiento potencial.