La importancia de los polinizadores
Alrededor del 70% de las plantas cultivadas y el 85% de las plantas con flor dependen de la polinización por parte de insectos para el desarrollo de frutos y/o semillas. Sólo en Europa, el 84% de los 264 cultivos principales dependen de las abejas, avispas, moscas, escarabajos, mariposas, polillas, trips y otros insectos polinizadores. Su disminución tendría un impacto directo sobre los rendimientos de los cultivos, que en España se estima en más de 2.400 millones de euros.
Declive de los polinizadores
A nivel mundial se está produciendo una pérdida drástica de los polinizadores, que son cada vez menos abundantes en los paisajes naturales y agrarios. En Europa, el 9% de las especies están amenazadas, y el 5% de las especies de abejas europeas se consideran «casi amenazadas», y se detecta una tendencia negativa en las poblaciones de al menos 150 especies comunes.
Las causas principales de este declive las podemos encontrar, por un lado, en la simplificación del paisaje agrario (monocultivos, pérdida de espacios naturales, menos flores, etc.), que provoca una disminución de los recursos alimentarios, de nidificación y refugio para los polinizadores y limita su dispersión; y por otro lado en el uso de pesticidas, que resultan tóxicos o letales para los polinizadores (bien por contacto directo o a través de polen y néctar contaminados). Además, el cambio climático supone una presión adaptativa a la que no todas las especies de polinizadores pueden dar respuesta. Por ejemplo, los cambios en la fenología floral y en la composición de la vegetación, la menor abundancia de flores asociada al estrés hídrico o térmico o la mayor dispersión de patógenos de los polinizadores, suponen un gran riesgo.