Los incendios forestales constituyen una grave y creciente amenaza global. Los montes españoles arden cada año en pequeños incendios, pero cada vez con más frecuencia se dan las condiciones perfectas para que se produzcan crisis incendiarias inabordables, con importantes daños sociales, ambientales y económicos y con un serio riesgo para las vidas humanas. En gran medida, la actual peligrosidad de los incendios se debe a la intensa transformación del paisaje sufrida desde la segunda mitad del siglo pasado.
WWF lleva años demandando un cambio de enfoque en las políticas de gestión de incendios: incrementar la inversión en prevención y pasar de un modelo preventivo principalmente basado en actuaciones puntuales y mantenimiento de infraestructuras como pistas, cortafuegos o puntos de agua, que se ha demostrado que son insuficientes para frenar el avance de los grandes incendios forestales, a poner en valor usos forestales y agrarios en extensivo en las zonas rurales para crear un territorio agroforestal resiliente a los incendios forestales. Este cambio de modelo, además de disminuir la frecuencia y la intensidad de los incendios, contribuye a otro gran reto como es la lucha contra la despoblación.
La ganadería extensiva puede jugar un papel relevante para recuperar un paisaje heterogéneo, que alterne zonas de bosque con áreas cultivadas y pastoreadas, que además de proporcionar biodiversidad sea más resistente a la propagación de las llamas. El pastoreo es además imprescindible para alcanzar los objetivos del Pacto Verde Europeo, en especial de las Estrategias de la Granja a la Mesa y de Biodiversidad 2030, así como los marcados en la Agenda 2030 y en el Acuerdo del Clima de París. Y contribuye, de manera clave, a otro de los grandes objetivos pendientes para el medio rural, la lucha contra el despoblamiento.
La ganadería extensiva ha demostrado ser una gran aliada para luchar contra el cambio climático porque contribuye a la protección de pastos, importantes sumideros de carbono, reduce el riesgo de incendio extremo y genera paisajes únicos y diversos, como las dehesas. Sin embargo, el pastoreo está en peligro de extinción.
En este documento WWF analiza cómo la ganadería extensiva puede y debe contribuir a una gestión sostenible del territorio, especialmente en las zonas identificadas como de alto riesgo de incendio. Para ello es necesario un plan de acción coordinado con políticas públicas encaminadas a mejorar la viabilidad de la ganadería extensiva que persiga caracterizar el sector y diferenciarlo del intensivo y aprobar una Estrategia Estatal de Ganadería Extensiva que incluya, entre otras cosas, una nueva PAC que apoye los bienes públicos generados por los ganaderos y revitalice el medio rural.
Además, para que el pastoreo pueda cumplir la función de prevenir eficazmente los incendios extremos, es necesario identificar las zonas estratégicas donde es necesario, en las que establecer acuerdos de custodia previo plan de pastos que garantice un manejo planificado y ordenado y establecer pagos justos a los ganaderos.
