El Perfil Ambiental de España 2021 llega puntual, como cada año desde 2004, para informarnos sobre la coyuntura ambiental española. Y lo hace en un año especialmente trascendental para el desarrollo de un país que, fruto de un encomiable esfuerzo colectivo, continúa avanzando en su recuperación tras un intenso periodo de daños provocados por la crisis de la COVID-19.
Es obligado recordar que, con la elaboración del Perfil Ambiental, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico da cumplida respuesta a los compromisos internacionales adquiridos en materia de transparencia y acceso a la información ambiental, en el contexto de la Red EIONET de la Agencia Europea de Medio Ambiente y del Convenio de Aarhus, del que España forma parte desde el año 2005. Pero, más allá de esta obligación formal, el Perfil responde a una auténtica vocación de servicio público y de compromiso con la sociedad española en su conjunto, que merece, hoy más que nunca, contar con una información precisa, de calidad y de toda confianza, que ayude en los procesos de toma de decisiones tanto a empresas y agentes económicos como a ciudadanos y a otras administraciones públicas.
Una información basada en la observación y el conocimiento científico, precisamente en un año en el que el conocimiento, la ciencia y la investigación se erigieron en auténticas salvadoras de una gravísima situación de pandemia global.
El conocimiento permite valorar una realidad, desarrollar sentido crítico y mejorar nuestra capacidad de decisión. Sin embargo, para aprovecharlo al máximo, es necesario saber transmitirlo, es necesario crear canales, como éste, para su difusión de una forma más veloz y eficiente. La mejora del sistema de transmisión y generación de conocimiento es básica para ofrecer alternativas de futuro.
Efectivamente, todo servicio público lleva aparejado también una vocación de mejora y, en este sentido, el Perfil 2021 introduce una serie de novedades, tanto en forma como en contenido, que pretenden ofrecer una información aún más completa y accesible. La principal de estas novedades es la introducción de lo que hemos denominado “Cuadro de mando”, un complemento gráfico al resumen ejecutivo, en forma de tabla, en la que figura de manera sintética una selección de los indicadores representativos del estado del medio ambiente en España en 2021. Además, se ha incorporado una nueva iconografía del conjunto de Objetivos de Desarrollo Sostenible asociados a los indicadores y se han destacado visualmente los datos más relevantes de cada indicador. Por último, con el fin de poder valorar en su justa medida los datos obtenidos en situaciones tan excepcionales como las vividas en los últimos años, se han desagregado tendencias en dos horizontes temporales diferenciados: una tendencia pre COVID-19 (2010-2019 y 2018-2019) y una tendencia COVID-19 (2019-2020 y 2020-2021).
Como ya se ha dicho, el año 2021 será recordado como el comienzo de una costosa recuperación. Siendo así, el intrincado devenir legislativo ha querido que sea también el año en el que ha visto la luz la tan esperada Ley de Cambio Climático y Transición Energética. En efecto, coincidencia o no, la nueva Ley 7/2021, de 20 de mayo, llega para remar en la misma dirección transformadora, como norma básica articuladora de políticas y medidas sostenibles, orientando el proceso de recuperación hacia un modelo de prosperidad duradero y respetuoso con los límites del planeta.
La XXVI Conferencia de las Partes (COP2 26) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, celebrada en Glasgow en noviembre, volvió a poner sobre la mesa la urgente necesidad de una profunda transformación. Si algo nos ha enseñado la pandemia, es que la salud de las personas y del planeta van inexorablemente unidas. Existe una importante interrelación entre el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la degradación medioambiental y la salud pública. Así, factores como la pérdida de biodiversidad, la presión sobre los hábitats animales o el uso excesivo de antibióticos hacen más probables futuras pandemias o enfermedades. Ante un desafío de tal magnitud, los gobiernos debemos responder con decisiones políticas e inversiones a la altura, también en materia de emergencia climática. En Glasgow, la decisión final incluyó el objetivo de reducción global de emisiones de gases de efecto invernadero un 45 % en 2030 y la urgencia de acelerar la ambición climática en esta década, poniendo especial énfasis en la adaptación, con el establecimiento de un programa de trabajo técnico para ayudar, evaluar y medir la acción y haciendo un llamamiento a los países desarrollados a duplicar su financiación.
En este contexto de progresiva salida de la crisis, a medida que los gobiernos de nuestro entorno hemos sacado adelante paquetes de estímulo para apoyar la creación de empleo, la reducción de la pobreza, el desarrollo y el crecimiento económico, debemos continuar respaldando el fin de “reconstruir mejor” y aprovechar el momento para seguir avanzando hacia la tan necesaria transformación verde y digital. En esta línea, fruto de la solidaridad de todos los europeos, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), está suponiendo un apoyo fundamental para abordar la contracción económica derivada de la pandemia. Todo ello dando prioridad al desarrollo digital y la apuesta ecológica en la Unión Europea, mediante la financiación de políticas palanca en áreas fundamentales como infraestructuras y ecosistemas resilientes y una transición energética justa e inclusiva.
Si hablamos de transición energética, unos de los principales obstáculos a la recuperación durante el año 2021 fue el incremento sostenido del precio de la electricidad en el mercado mayorista. Por un lado, supuso un grave impacto económico sobre hogares, autónomos, empresas, industria y sobre la economía en su conjunto; por otro lado, una amenaza a la consecución de los objetivos de descarbonización de la economía, plasmados en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 y en la Estrategia a Largo Plazo para una Economía Española Moderna, Competitiva y Climáticamente Neutra en 2050. Garantizar un abastecimiento suficiente de energía descarbonizada y asequible es clave en el camino hacia un país más ecológico y digital, menos dependiente energéticamente del exterior y, por tanto, menos sujeto a la incertidumbre geopolítica en la que, lamentablemente, nos encontramos inmersos. En esta línea, me gustaría destacar que en la últimas dos décadas el porcentaje de energía procedente de fuentes renovables en el consumo final bruto de energía ha experimentado un crecimiento continuo hacia el objetivo de alcanzar el 20 % en 2020, mientras que la contribución de las energías renovables a la generación eléctrica nacional durante el año 2021 ha marcado un nuevo máximo histórico al alcanzar una cuota en la generación eléctrica del 46,7 %, superior en 2,7 puntos porcentuales al anterior máximo histórico.
Estos y otros muchos datos de nuestra realidad ambiental son desgranados en el Perfil Ambiental de España 2021, a través de cinco áreas de conocimiento, diez capítulos y más de 70 indicadores ambientales, complementado todo ello con facilitar el acceso a la información correspondiente a las Comunidades Autónomas.
