La sociedad actual de consumo vive de forma lineal: extrae, transforma, distribuye, consume y desecha. El desecho final, los residuos, la basura, es utilizado en numerosos casos como indicador de diversos aspectos (actividad económica, población, niveles de consumo…) e incluso, en ocasiones, parece que se le asocia una cierta valoración positiva, cuando en realidad la generación de residuos no puede considerarse de ninguna forma como un aspecto favorable cuando lleva asociada una fuerte incidencia ambiental negativa.
Ante esta sociedad lineal de consumo se plantea la opción de la sociedad circular (o al menos en espiral) que trata de valorizar, recuperar y reciclar los residuos que se generan en su actividad de consumo. Una sociedad del “separa para reciclar” puede ser un poco más sostenible que la de carácter lineal, pero mantiene todavía muchos de los impactos ambientales derivados del consumo y la producción de residuos.
Ante esto, la alternativa es la sociedad “residuo cero”, que trata de reducir al máximo posible la producción de residuos y, por tanto, también los aspectos ambientales que estos llevan asociados. Desde la educación ambiental se ha tratado de fomentar el modelo “residuo cero” a través de la concienciación y la incorporación de hábitos entre la ciudadanía tendentes a la no generación de residuos, en consonancia con la legislación en materia de residuos.
En este sentido, el Plan integral de residuos de la Comunitat Valenciana (en adelante PIRCV), aprobado mediante el Decreto 55/2019, de 19 de abril, del Consell, en su artículo 7 define las opciones en la jerarquía de la gestión de los residuos, dando una clara preferencia a la no generación de residuos como la primera opción de la pirámide:
1. En primer lugar, la prevención (la reducción, la preparación para la reutilización y el alargamiento de la vida útil de los productos).
2. En segundo lugar la reutilización, especialmente considerando la comprobación, la limpieza o la reparación de los productos.
3. En tercer lugar, se considera la opción del reciclado de los materiales.
4. Luego se consideran otros tipos de valorizaciones como, por ejemplo, la energética.
5. Por último, se considera la eliminación de los residuos en vertedero.
En muchos casos las acciones de la EA en el ámbito de los residuos, han estado muy dirigidas a la información y fomento de la separación para el reciclaje que, siendo importante, deja en un segundo plano a los dos primeros aspectos a considerar realmente, la reducción de la producción de residuos y las posibilidades para su reutilización.
También somos conscientes que, muchas veces, es complicado ofrecer alternativas para no generar residuos ante la comodidad que ofrece el “usar y tirar”. Sin embargo, existen multitud de opciones que podemos poner en marcha en nuestras actividades cotidianas para evitar generar determinados residuos, para reducir la cantidad que producimos y para que, además, estos puedan generar menos impactos debido a su composición.