Los polinizadores son vitales para la producción de alimentos y el bienestar humano
Los polinizadores son esenciales para la producción de frutas, hortalizas, semillas oleaginosas y forrajes, así como para la producción de semillas para muchos cultivos de raíces y fibras. Además de ser esenciales para la seguridad y la calidad de los alimentos, los polinizadores contribuyen a la producción de medicamentos, biocombustibles (por ejemplo, aceite de colza y aceite de palma), fibras (por ejemplo, algodón y lino) y materiales de construcción como la madera. Los medios de subsistencia basados en la apicultura y la caza de miel están arraigados en muchas economías rurales. La gran importancia de los polinizadores para las plantas silvestres y cultivadas significa que son fundamentales para mantener los servicios de los ecosistemas y defender la biodiversidad mundial.
- 87 de 115 de los principales cultivos mundiales dependen, hasta cierto punto, de polinizadores animales, como abejas, pájaros y murciélagos.
- Entre el 5 y el 8 % de la producción agrícola mundial actual se perdería sin la polinización animal, lo que representa un valor de mercado anual de 235 000 a 577 000 millones de USD.
- Casi el 90 % de las plantas silvestres con flores del mundo (aproximadamente 308 000 especies) dependen, en diversos grados, de polinizadores animales para su reproducción.
- El 40% de estos cultivos perdería del 40 al >90% de la producción en ausencia de polinizadores.
Los pesticidas afectan negativamente a los insectos polinizadores
Las abejas y los insectos polinizadores pueden estar expuestos a los pesticidas que se usan en la agricultura o en el control de vectores de enfermedades de diversas maneras, incluida la fumigación directa, la ingestión de polen, néctar o melaza contaminados, y el contacto con residuos en el follaje o las flores.
Los plaguicidas también han mostrado una amplia gama de efectos letales y subletales sobre los insectos polinizadores y, en particular, sobre las abejas. Estos consisten en la mortalidad directa de los insectos, pero también efectos subletales adversos tales como forrajeo deteriorado, éxito de cría reducido o capacidad perturbada para volver a casa.
No es sorprendente que los insecticidas generalmente presenten los riesgos más altos para los insectos polinizadores. Sin embargo, el uso de fungicidas y acaricidas también puede tener efectos tóxicos en las abejas. La mayoría de los herbicidas generalmente no son directamente tóxicos para las abejas, pero pueden tener efectos indirectos sustanciales en los polinizadores a través de la eliminación de las fuentes de néctar y polen o de los sitios de anidación. Se ha considerado que el uso de pesticidas se encuentra entre los 3 principales impulsores de la disminución de los polinizadores en casi todas las partes del mundo, junto con la destrucción del hábitat.
Se necesitan políticas nacionales para proteger a los polinizadores
En 2018, el Convenio sobre la Diversidad Biológica adoptó su Plan de Acción 2018-2030 para la iniciativa internacional sobre la conservación y el uso sostenible de los polinizadores. Un elemento clave del plan es que los países desarrollen e implementen políticas coherentes e integrales que permitan y promuevan actividades para salvaguardar y promover los polinizadores silvestres y manejados. A pesar de la adopción de varias iniciativas supranacionales sobre polinizadores (por ejemplo, en África, Europa, América del Norte y Oceanía), esto aún no se ha traducido en muchas estrategias, políticas o planes de acción nacionales concretos para promover y proteger a los polinizadores. Es muy necesario elaborar, adoptar e implementar tales políticas nacionales.