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Recursos de Educación Ambiental

Señales de la AEMA 2020. Hacia una contaminación cero en Europa

Documentación
Año
2020
Autoría
Agencia Europea de Medio Ambiente-AEMA
Formato
Video
Idioma
Español
Edita
Agencia Europea de Medio Ambiente-AEMA
Temas
Cambio climático y cambio global
Capital natural, naturaleza y biodiversidad
Ciclo del agua. Uso, ahorro y eficiencia
Consumo responsable y economía circular
Contaminación ambiental. Desastres naturales
Medio Ambiente y sostenibilidad social, económica y ambiental
Participación, capacitación y empoderamiento de la población
Salud y Medio Ambiente
Transporte y movilidad
ODS Relacionado
03. Salud y bienestar
06. Agua limpia y saneamiento
07. Energía asequible y no contaminante
11. Ciudades y comunidades sostenibles
12. Producción y consumo responsables
13. Acción por el clima
15. Vida de ecosistemas terrestres
17. Alianzas para lograr los objetivos

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En la primavera de 2020, un coronavirus cambió el mundo en cuestión de semanas. De repente, ya no teníamos a nuestro alcance muchas de las cosas que dábamos por sentadas. La pandemia cogió al mundo por sorpresa, pero, si hubiéramos preguntado a algún científico que trabaja en el campo relacionado con las enfermedades infecciosas, hubiéramos sabido que era solo cuestión de tiempo.
No podemos evitar establecer paralelismos entre la pandemia, la crisis del clima y la crisis de la biodiversidad. Los científicos nos habían advertido de una pandemia (había escenarios bastante exactos), pero nadie sabía con certeza cómo se iba a desarrollar.
No podemos hacernos una idea exacta de un mundo que tiene entre dos y cuatro grados más de temperatura. No sabemos con seguridad cuáles serán los puntos de inflexión de ecosistemas completos. Lo que sí sabemos es que, a menos que adoptemos medidas decisivas y busquemos transiciones sistémicas, las perspectivas no son buenas y el tiempo se está agotando. Las pandemias pueden controlarse, eso esperamos, en un período de tiempo relativamente corto. Podría ser mucho más difícil revertir cualquier daño provocado al alcanzar un punto de inflexión en el cambio climático o en la degradación de la naturaleza.
Los vínculos entre estas crisis de ritmo rápido y lento y la contaminación están claros. La reducción de la contaminación del aire y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero siempre van de la mano. Si frenamos la contaminación del agua y del suelo, la naturaleza saldrá beneficiada. La reducción del uso de recursos y el paso a una economía circular también disminuirían la contaminación.
Muchas autoridades sanitarias han advertido a las personas con patologías previas que pueden ser más vulnerables a la COVID-19. Estas patologías previas incluyen las enfermedades respiratorias que, en algunos casos, son resultado de la mala calidad del aire o se agravan debido a ello.
Como consecuencia de las estrictas medidas de confinamiento, las concentraciones de algunos contaminantes importantes del aire disminuyeron drásticamente en muchas ciudades europeas. Si bien estos cambios bruscos no son deseables —no son un modelo de una transición bien gestionada—, mostraron que la calidad del aire de las ciudades puede mejorar espectacularmente reduciendo el tráfico rodado y cambiando nuestros actuales patrones de movilidad.
Las personas y las instituciones que hemos construido están conectadas para abordar de una manera eficiente los claros peligros actuales. Las catástrofes poco claras, invisibles o de ritmo lento son más difíciles de entender y de afrontar. La contaminación es uno de esos retos.