Cuando desde Ecologistas en Acción y FUHEM nos lanzamos a desarrollar unos materiales para el nuevo módulo de ‘Sostenibilidad aplicada al sistema productivo’, nos planteamos cuál podría ser la razón más importante para que la Formación Profesional obligase a cursar esta asignatura en todas las ramas profesionales. Sin restarle importancia al ámbito laboral, nuestra respuesta fue mucho más allá.
Vivimos en un mundo que está atravesando algunas de las turbulencias más amenazadoras que la especie humana haya presenciado. En un mundo así, el trabajo, por mucho que sea central en la vida de la mayoría de personas, es solo una parte más de nuestro rol en el tiempo que nos ha tocado vivir. Además de personas trabajadoras, quienes se matriculan en un grado medio o superior hoy, serán también vecinas, familiares, amigas, consumidoras, votantes, activistas, creadoras, viajeras, y un larguísimo etcétera.
Es esencial que la Formación Profesional comprenda esta realidad: toda persona tiene un papel complejo y diverso a desempeñar en la transición ecológica. Toda persona es agente de cambio. Toda persona tiene la responsabilidad y el potencial para serlo. Nuestra labor con estos materiales es precisamente mostrar por qué y cómo articular ese papel desde cada sector profesional, como una de las múltiples esferas desde las que se debe actuar. La urgencia no admite demora. Es ahora o, posiblemente, nunca.
En todo caso, somos plenamente conscientes del papel esencial que las empresas tienen en esta transición. Sin su participación activa, transparente y solidaria, será imposible corregir el rumbo suicida de nuestra civilización. Ellas, como los gobiernos, son órganos clave de poder, con unas posibilidades de impactos positivos multiplicadores que deben catalizar algunos de los cambios drásticos necesarios en este tiempo. Desde las personas encargadas y administradoras de esas empresas, pasando por sus accionistas e inversores, hasta el último eslabón de su cadena de trabajo, todas las personas que conforman su estructura deben sentirse parte de esta misión. La gravedad de la situación es tal que todo gesto en la dirección correcta es importante. En todo caso, sabemos que para que esto suceda son imprescindibles cambios más allá de las empresas: se requiere una transformación del sistema económico que permita que la supervivencia de una actividad económica no esté única ni fundamentalmente determinada por su rentabilidad económica.
Creemos firmemente en que no solo hay que apuntar a la supervivencia como especie. Queremos una vida plena, con tiempo y espacio para el ocio y los cuidados, donde haya justicia social y donde cada persona en su entorno profesional encuentre su autorrealización sin poner en peligro la de otras personas, seres vivos y ecosistemas. Hay que reclutar todas las energías para denunciar y visibilizar qué actividades van en contra de este horizonte. Hay que apostar por que toda persona quiera ser parte de una asociación, participe en acciones de protesta, defenda a otras personas en un sindicato, impulse iniciativas de transformación de su entorno, se atreva a emprender para una economía que apunte al bien común. El sistema productivo que debe alcanzar la sostenibilidad es también el sistema que produce y modela nuestras vidas. Hoy más que nunca, urge entender que no somos individuos aislados en una carrera competitiva del ‘sálvese quien pueda’. Nuestro destino está inevitablemente ligado al del conjunto de la sociedad. Como seres sociales, seremos en colectivo y en relación, o no seremos.
En este tiempo, queda cada vez más claro que la naturaleza no es (ni jamás ha sido) tan solo un pozo de recursos del que la economía puede extraer libre e incesantemente. Somos naturaleza. La economía es naturaleza. No habrá posibilidad de perdurar mientras nos creamos ajenos y superiores a la biosfera; a todo el resto de seres vivos y ecosistemas, de cuyas funciones dependemos. Dañarlas siempre será dañar a la humanidad. Hoy es tan importante hacer buenas preguntas como dar buenas respuestas. ¿Te quedarías de brazos cruzados mientras destruyen tu hogar? ¿Es admisible que los benefcios de ciertas empresas, que se acumulan cada vez más en unas pocas manos, puedan perjudicar al conjunto de la sociedad? ¿Aceptarías que, en un mundo con cien habitantes, uno solo de ellos acumulase más que los noventa y nueve restantes? ¿Queremos ser cómplices de que haya territorios y personas que sean consideradas desechables? ¿Qué papel tengo yo para que rememos hacia la justicia ecosocial?
Sabemos que existe una mirada interesada o ingenua que pretende seguir con el rumbo actual, minimizando o relativizando lo que la mejor ciencia de la que disponemos nos alerta. Detrás de muchos de los discursos de sostenibilidad que se escuchan en anuncios, televisión, radios, redes sociales o reuniones sociales, se esconde una agenda poco ambiciosa, que pretende dar un lavado de cara a esta locomotora encaminada al precipicio. En FUHEM y Ecologistas en Acción llevamos décadas alertando contra este tipo de voces. La búsqueda de la sostenibilidad, por mucho que se haya vuelto mainstream, todavía es profundamente transformadora cuando se cuenta con un análisis complejo de las múltiples crisis que enfrentamos. En estos materiales no hacemos concesiones a esa visión parcial y superfcial. Debemos mirar a los ojos al diagnóstico, escuchar a las personas y organizaciones confables que han señalado los senderos que aún podemos transitar, y dirigirnos con decisión hacia futuros vivibles.
Este módulo profesional puede ser una aportación en esta dirección. Para impartirlo os ofrecemos textos básicos que desarrollan los contenidos del módulo, así como una propuesta estructurada y amplia de actividades en el marco de la normativa vigente. También encontraréis otras referencias teóricas para ampliar la información, anexos sobre metodología, legislación y un análisis del diagnóstico y líneas de sostenibilidad para los principales sectores productivos.
La sostenibilidad no es una moda. El sistema productivo cambiará radicalmente, y lo hará de forma ordenada y justa o haciendo recaer sobre las personas más vulnerables los impactos del caos de un mundo en descomposición. Estudiantes de Formación Profesional, vuestro papel es clave para elegir la primera de estas dos opciones.