Tras un arranque difícil…
La idea que presidía nuestro informe de tendencias para el año 2023, llevaba por título “El momento de la verdad. La sostenibilidad se enfrenta a su primer invierno”. En un contexto de permacrisis, marcado por el encarecimiento del coste de la vida, la dislocación de los mercados energéticos y una polarización política, la agenda de la sostenibilidad se enfrentaba a su primera crisis. Los mercados financieros corroboraron esta hipótesis, donde los activos ESG tuvieron un comportamiento francamente negativo. Durante 2022, los principales índices de sostenibilidad borraron casi todas las ganancias que, durante más de una década, habían generado frente a los activos tradicionales. Sin embargo, a pesar de este telón de fondo, argumentábamos que esa crisis, aunque pudiera distraer la atención y alterar ligeramente el rumbo, no sería una amenaza existencial para el futuro de la transición sostenible. Gran parte de la solución a los grandes problemas a los que se enfrenta la humanidad y su entorno económico, pasan por generar mayor oportunidad a nivel social, transformar nuestra manera de actuar para hacerla compatible con un medio ambiente saludable y promover una gobernanza más solvente. 2023 ha sido, en este sentido, el año de la recuperación del valor estratégico de la sostenibilidad.
… la acción empresarial ha seguido su curso
Durante el año 2023, la acción empresarial en materia de sostenibilidad no solo no se ha frenado, sino que se ha acelerado. Cada vez más CEO y mayor número de empresas han adoptado compromisos ambiciosos en materia ESG. En España, sirva como ejemplo el desarrollo del Consejo Empresarial Español para el Desarrollo Sostenible -una iniciativa que reúne a los máximos ejecutivos de las principales empresas en torno a la sostenibilidad- que ha visto duplicar el número de miembros durante el pasado año. Como veremos en este informe se observa una fuerte expansión de los aspectos ESG dentro del organigrama y de los roles en las organizaciones (tendencia #4). Sin embargo, como también veremos, una buena parte de este desarrollo responde a los nuevos requisitos de un regulador especialmente activo en la materia (tendencia #2). Precisamente, por eso, es importante fijarse en qué señales nos han dado los mercados para valorar las expectativas sobre el futuro de la agenda ESG y su contribución a una economía más sostenible.
