En muchos sentidos, 2022 fue el año de renovado vigor en la acción ambiental. Hacia principios de año, en la quinta Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, los Estados miembros adoptaron resoluciones históricas para intensificar los esfuerzos para frenar la contaminación, mitigar y adaptarse al cambio climático, y proteger y restaurar la naturaleza en todo el mundo. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022 brindó un momento histórico con la creación de un fondo para pérdidas y daños. Las negociaciones globales para acabar con la contaminación por plástico despegaron en Uruguay. La Asamblea General de la ONU reconoció el derecho universal a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible. Y, al finalizar el año, la Conferencia de Biodiversidad de las Naciones Unidas en Montreal vio la adopción de un marco ambicioso para proteger y revivir la biodiversidad para 2030. Este año también marcó el 50 aniversario del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la conferencia Estocolmo+50.
Sin embargo, también fue un año de extremas dificultades. Los impactos devastadores de la triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de la naturaleza y la biodiversidad, y la contaminación y los desechos se vieron agravados por la creciente desigualdad, la guerra en Ucrania y el aumento de los precios de los alimentos y la energía. Como siempre, los pobres y vulnerables fueron los más afectados por las sequías, las inundaciones, los incendios forestales, la disminución de la biodiversidad y el aumento de los niveles de contaminación.
No es de extrañar, entonces, que las demandas de acción en lugar de las promesas sean cada vez más fuertes. El PNUMA intensificó los esfuerzos para responder a estas crisis y comenzó a cumplir con su estrategia 2022-2025. Aprovechando la solidez de sus alianzas, el PNUMA trabajó con los Estados miembros para cumplir las promesas de mitigar el cambio climático y adaptarse al mismo, proteger y restaurar los ecosistemas y reducir la carga de la contaminación. En todos estos, el PNUMA continúa apoyando a los países en la implementación de la resolución 4/17 de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente al incorporar la igualdad de género y los derechos humanos en las políticas, estrategias, programas y proyectos ambientales, incluso mientras trabaja para reestructurar su arquitectura de género para cumplir mejor con este mandato.
A nivel organizacional, el PNUMA está comprometido a convertirse en una organización más ágil y receptiva. El PNUMA reformuló su enfoque para comprometerse con agencias hermanas en los Equipos de País de la ONU para abordar mejor las prioridades de los Estados Miembros y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y creó tres nuevos fondos temáticos que brindan financiamiento flexible para impulsar el progreso en la estabilidad climática, vivir en armonía con la naturaleza y avanzar hacia un planeta libre de contaminación. El PNUMA también logró la paridad de género en todos los niveles profesionales y superiores y mejoró la diversidad geográfica de su fuerza laboral.
Pero queda mucho trabajo por delante para frenar la triple crisis planetaria. Como principal autoridad ambiental mundial, el PNUMA presionará cada vez más y cooperará más estrechamente con los países, el sistema de las Naciones Unidas, la sociedad civil y el sector privado para ofrecer soluciones y trabajar por un mundo en el que todas las personas, en todas partes, puedan disfrutar de su derecho a una vida sana. ambiente.