Este informe anual de Cambio Climático de la ONU llega cuando el mundo se enfrenta el panorama global más difícil en décadas. Las divisiones geopolíticas están tensando las relaciones internacionales, y socavando la confianza. Muchos países en desarrollo están enterrados bajo una montaña de la deuda. Se agudizan los conflictos y las desigualdades de todo tipo se están ampliando. En medio de todo esto, la enorme amenaza del cambio climático persiste.
El último año ha ilustrado una vez más que la crisis climática no es un futuro posibilidad sino una realidad presente. De inundaciones en Pakistán, a los incendios forestales en Europa y la sequía en África, nuestro cambio climático ya está afectando millones de personas en todo el mundo, particularmente aquellos en situación de vulnerabilidad países y comunidades que han hecho lo mínimo para crear la crisis.
No hay dudas sobre la causa: la ciencia afirma inequívocamente que la actividad humana está calentando nuestro planeta. Las concentraciones de dióxido de carbono son las más altas en al menos dos millones años y en aumento. Sin embargo, todavía hay tiempo para evitar lo peor. En su última Evaluación, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, el IPCC, nos dice que limitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados centígrados sigue siendo posible, si y sólo si se da un salto cuántico en la acción climática, ya mismo. Eso requiere que el mundo trabaje junto.
En la COP27 de noviembre pasado, propuse un Pacto de Solidaridad por el Clima, en el que todos los grandes emisores hacen esfuerzos adicionales para reducir emisiones y países más ricos movilizan recursos financieros y técnicos recursos para apoyar a las economías emergentes. Y recientemente, he presentado un plan para recargar esfuerzos para lograrlo a través de un Agenda de Aceleración. Insto a todos los líderes poner ambos en práctica.
La Agenda de Aceleración incluye propuestas para que los gobiernos traigan sus planes de emisiones netas zero, en consonancia con el principio de común pero responsabilidades diferenciadas y capacidades respectivas, a la luz
de diferentes circunstancias nacionales.
Específicamente, pide a los líderes de los países desarrollados países comprometerse a alcanzar cero lo más cerca posible de 2040, y líderes en economías emergentes para comprometerse a hacerlo lo más cerca posible de 2050.
También pide a todos los gobiernos que preparar una transición energética nacional clara planes para acelerar la eliminación gradual de combustibles fósiles, aumento de las energías renovables la energía y la descarbonización de los sectores altos en emisiones.
Junto a los gobiernos, los líderes de negocios, finanzas, ciudades y regiones también tienen un papel vital que jugar en el cierre de la brecha de emisiones. El año pasado establecí un grupo de expertos de alto nivel sobre cero neto compromisos, para desarrollar un estándar creíble sobre las promesas y acciones tomadas por empresas, inversionistas y otros. Gracias al informe de este Grupo, ahora tenemos un Estándar de credibilidad respaldado por la ONU por primera vez, totalmente alineado con nuestro objetivo de limitando los aumentos de temperatura a 1.5C.
